CRISIS EN LA COMUNIDAD DE MADRID

Objetivo, resistir el sentimiento de culpa

"Tenemos que resistir y no dejarnos arrastrar por ese sentimiento de culpa que invade a la izquierda de manera sempiterna". Esta reflexión de un colaborador de José Luis Rodríguez Zapatero la invocan también muchos otros dirigentes socialistas, que se quejan amargamente del "doble rasero" con el que la sociedad juzga a unos y a otros, PSOE y PP.

Zapatero, de momento, resiste a toda tentación de "hacer purgas" en su partido y lo ha explicado. "Veamos", ha dicho. "Abrimos una crisis interna y la sociedad sólo percibe que hay lío en el PSOE y, de esa guisa, vamos a elecciones en la comunid...

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"Tenemos que resistir y no dejarnos arrastrar por ese sentimiento de culpa que invade a la izquierda de manera sempiterna". Esta reflexión de un colaborador de José Luis Rodríguez Zapatero la invocan también muchos otros dirigentes socialistas, que se quejan amargamente del "doble rasero" con el que la sociedad juzga a unos y a otros, PSOE y PP.

Zapatero, de momento, resiste a toda tentación de "hacer purgas" en su partido y lo ha explicado. "Veamos", ha dicho. "Abrimos una crisis interna y la sociedad sólo percibe que hay lío en el PSOE y, de esa guisa, vamos a elecciones en la comunidad madrileña; es decir, juntamos la autocrítica y la crítica del PP". A medida que pasan los días y la situación se explica así, las peticiones de responsabilidad aminoran.

Pero ha sido un duro golpe y Zapatero, a pesar de sus discursos, lo ha acusado. Lo peor es que el tiempo que ahora dedique el PSOE a "desentrañar el golpe" es tiempo y energías que restará al plan previsto hasta las elecciones de 2004, que se iniciaba mañana con el debate del estado de la nación. A partir de ahí se ponía en marcha la fase de propuestas "tranquilizadoras y solventes" dirigidas a esa franja del electorado que puede dar o quitar la mayoría a un partido. Todo eso se verá perturbado hasta que no pasen las nuevas elecciones madrileñas, en otoño.

Y mientras tanto, el PP parece decidido a "acabar" con Zapatero y suspirando por una crisis de las de verdad.

Hace un año, los diputados socialistas improvisaron una pequeña fiesta, con patatas fritas y vino tinto en sus despachos del Congreso para celebrar lo que se consideró como "victoria" de su líder frente a Aznar y entonaron un se va a acabar el gobierno popular, cuando todavía no había terminado el debate sobre el estado de la nación.

Ahora no hay ánimo para canciones, pero muchos diputados confían en que Zapatero haga gala más que nunca de su autocontrol y no le tumben ni los gritos del grupo adversario ni las invectivas del presidente del Gobierno.

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