Indemnizada con 35.500 euros una empleada que sufrió acoso moral

El propietario de una asesoría deberá indemnizar con 35.500 euros a una de sus empleadas, que fue víctima de "trato vejatorio" y de acoso moral en su puesto por parte del empresario y de sus propios compañeros.

Según la sentencia del Juzgado de lo Social número 1 de San Sebastián, el "trato vejatorio" comenzó en el verano de 2000, a raíz de que la hermana de la víctima, que trabajaba en la misma empresa, abandonara voluntariamente su puesto por motivos salariales, lo que "supuso un cambio" en las relaciones del empresario con la ahora indemnizada.

En agosto fue contratada una nue...

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El propietario de una asesoría deberá indemnizar con 35.500 euros a una de sus empleadas, que fue víctima de "trato vejatorio" y de acoso moral en su puesto por parte del empresario y de sus propios compañeros.

Según la sentencia del Juzgado de lo Social número 1 de San Sebastián, el "trato vejatorio" comenzó en el verano de 2000, a raíz de que la hermana de la víctima, que trabajaba en la misma empresa, abandonara voluntariamente su puesto por motivos salariales, lo que "supuso un cambio" en las relaciones del empresario con la ahora indemnizada.

En agosto fue contratada una nueva empleada que comenzó a "controlar el trabajo de los demás, en especial el de la demandante", cuyo correo electrónico "llegó a intervenir".

El texto del tribunal precisa que, pese a que "la relación en el trabajo entre todas las personas" fue "muy buena hasta mediados de 2000", a partir de entonces "se produjeron fuertes discusiones". En ese contexto, y "a pesar de que el volumen de trabajo era importante en la oficina, en ocasiones la demandante se encontraba sin nada que hacer y por más que se ofreciera para ayudar en alguna tarea nadie se lo permitía". Esa coyuntura ocasionaba a la víctima crisis "ocasionales de llanto que escondía en el cuarto de baño", si bien eran perceptibles. La demandante causó baja por "trastorno depresivo". El tribunal indica que el empresario y los compañeros no mostraron "ningún interés por el estado" de la afectada, y constata el "progresivo ninguneo" y el "progresivo hostigamiento" a que fue sometida la víctima.

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