La fábrica aérea

Lo que no se debe hacer nunca mientras se camina sobre el andamio de una obra a 40 metros de altura es agachar o alzar demasiado la cabeza. El casco de protección puede caer y alguien podría lesionarse. Este principio resulta difícil de mantener cuando se está en el meollo de las obras de la Sagrada Familia. Las perspectivas se multiplican, tanto fuera como dentro del templo. Aquí los trabajos avanzan a toda marcha mientras los responsables de la Junta Constructora preparan la jornada de puertas abiertas y la colecta del próximo 1 de junio.

De repente se contemplan, a lo lejos, las torr...

Lo que no se debe hacer nunca mientras se camina sobre el andamio de una obra a 40 metros de altura es agachar o alzar demasiado la cabeza. El casco de protección puede caer y alguien podría lesionarse. Este principio resulta difícil de mantener cuando se está en el meollo de las obras de la Sagrada Familia. Las perspectivas se multiplican, tanto fuera como dentro del templo. Aquí los trabajos avanzan a toda marcha mientras los responsables de la Junta Constructora preparan la jornada de puertas abiertas y la colecta del próximo 1 de junio.

De repente se contemplan, a lo lejos, las torres gemelas de la Villa Olímpica. Al cabo de un minuto, el visitante se da cuenta de que está justo debajo de las bóvedas del transepto de poniente mientras ve, al frente, los agujeros del nivel superior de ventanales del mismo. Si se dirige la mirada hacia abajo se puede ver el efecto de la entrada de la luz del sol a través de los ventanales inferiores: los de la parte trasera de la fachada de la Pasión y los del transepto. "Creemos que de aquí a un año podremos cerrar el transepto de poniente con sus vidrieras y la iluminación que proyectó Gaudí. El transepto de levante es mucho más complicado", explica Jordi Bonet i Armengol, arquitecto jefe.

En la obra se trabaja en muchos frentes a la vez; todos están en su cabeza: el exceso de información se traduce, a veces, en la confusión del interlocutor.

El día de visita de obras es también día de balance. El presupuesto de este año para las obras es de 12,7 millones de euros, tres millones de euros más que el año pasado. El masivo Año Gaudí se saldó con un gran aumento de visitantes al templo, un poco más de dos millones, lo que significa el 30% más que en 2001. Los representantes de la junta aseguran que un número similar de personas se acercaron al templo aunque no entraron.

El crecimiento de visitantes explica el incremento del presupuesto, que se alimenta en un alto porcentaje de la venta de entradas y recuerdos. Durante este año el número de visitantes se mantiene estable, explica Teresa Martínez, de la Junta Constructora. Las 35.000 personas que esperan el 1 de junio engrosarán la cifra. Ese día se podrán visitar, además de la nave del templo, dos nuevas exposiciones, Gaudir de la natura y L'èxit d'un poble. Joan-Jordi Bergós, presidente de la junta, explica que el curso próximo se acentuará la difusión entre los escolares.

Ha sido 2002 el año en que se trabajó en la restauración y el traslado del edificio de las escuelas, que se reabrió en otoño. En marzo pasado, además, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, se comprometió a que el trazado del túnel del AVE pase por la calle de València y no por la de Mallorca -la que flanquea la fachada de la Gloria- como estaba previsto.

Una vez culminado el edificio de las escuelas, lo que preocupa ahora a Bonet es la realización de las 18 columnas del cimacio de la fachada de la Pasión, compuestas de paraboloides hiperbólicos combinados. El arquitecto explica que Mark Burry ha pasado dos años estudiando el desarrollo de la tecnología necesaria para cortar la piedra según los modelos elaborados por ordenador. Por el momento, una empresa especializada en la factura de prototipos de aviación ha realizado tres modelos de columnas en poliuretano, que se probarán in situ en las próximas semanas. "No es lo mismo cortar granito que poliuretano. Estas columnas nos han costado más años de los previstos porque son dificilísimas", exclama Bonet i Armengol. Próximamente se podrá colocar en la misma fachada de la Pasión -y a 60 metros de altura- la escultura de la Ascensión de Cristo que está realizando Josep Maria Subirachs.

Los accesos a la cripta, el levantamiento del ábside, la fachada de la Gloria, las agujas de los ventanales de la nave central, cuyos remates en forma de racimos y espigas está esculpiendo Etsuro Sotoo... Al final del recorrido, la pregunta de siempre: ¿Cuándo terminarán las obras? "Si de aquí a 20 años estamos arriba del todo, y yo ya no lo veré, podemos estar contentos. Sé lo que cuesta", afirma Bonet. Lo que en la junta dan por seguro es que en 2007 se habrá cerrado y cubierto por completo el interior del templo expiatorio.