Crítica:LIBROS

Sigue el juego

Para mí ha resultado una sorpresa muy agradable encontrar y leer el libro de microrrelatos Golpe de Fortuna de Gonzalo Ostagaian, de quien no conocía nada de lo que había publicado, lo que, hasta ahora, parece haberse producido en revistas de pequeña circulación. Por eso, resulta estimulante entrar en este libro de pequeñas narraciones, género que ya cuenta entre nosotros con las contribuciones de Julia Otxoa y Pedro Ugarte.

El género está protagonizando un creciente interés desde el punto de vista de los teóricos y los lectores. Juego de magia, ruleta rusa de la poeticidad, tan ...

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Para mí ha resultado una sorpresa muy agradable encontrar y leer el libro de microrrelatos Golpe de Fortuna de Gonzalo Ostagaian, de quien no conocía nada de lo que había publicado, lo que, hasta ahora, parece haberse producido en revistas de pequeña circulación. Por eso, resulta estimulante entrar en este libro de pequeñas narraciones, género que ya cuenta entre nosotros con las contribuciones de Julia Otxoa y Pedro Ugarte.

El género está protagonizando un creciente interés desde el punto de vista de los teóricos y los lectores. Juego de magia, ruleta rusa de la poeticidad, tan cercano a un poema, el microrrelato debe atrapar al lector en unos pocos momentos. Al parecer, como en esta escritura no existe la presión del mercado que sufre la novela, el género se ha convertido en un mundo donde la experimentación es posible, donde el juego literario mantiene su frescura.

Desde luego, el libro, Golpe de Fortuna, busca ese sentido de la intensidad que produce la lectura de juegos de imágenes, de palabras, de visiones invertidas de la realidad (esos trenes asilvestrados y salvajes que han huido de sus vías). Como pasa muchas veces, este lector prefiere los microcuentos que son más breves, incluso los brevísimos de una sola frase.

En los relatos de mayor extensión (Para lo que sea menester, por ejemplo, pero también en otros cuentos de esa serie, o en El ángel descalzo) esa chispa de intensidad se apaga un poco, porque el microrrelato se viste de cuento lírico, o se percibe en él un poco del peso de la retórica.

Pero lo cierto es que la capacidad de fabulación, de invención, de retornar a ver las cosas desde un ángulo nuevo y distinto, es extensa en el autor... Es cierto que este género posee un especial poder de seducción, pero la intensidad que es clave, esa paciencia de quitar y quitar palabras se muestra a través de las páginas en ejemplos muy diferentes, a veces alejándose de la historia narrada, para llegar a la frase ingeniosa.

Hay en el libro, alguna pequeña parodia de Monterroso, una sensación de búsqueda de espacios extensos en la tundra, una ilusión por el escenario ruso, por un carácter un poco exótico de la narración, que, en mi opinión, se vuelve más eficaz cuando utiliza una ironía sutil, que se muestra en muchos juegos de palabras, una actitud irreverente frente a la realidad, que busca su punto de apoyo en la aventura fantástica, en la risa siempre esbozada al final de una historia de perdedores...

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Gonzalo Ostagain: Golpe de Fortuna. Editorial Ttarttalo. Donostia, 2003, 227 páginas, 16,90 euros.

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