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Gernika sigue sin encontrar su modelo de desarrollo

Gernika, la capital histórica de Euskadi, no sale del agujero. La industria no se recupera de la crisis que vivió en los años 80, el otrora floreciente comercio local lleva más de un década languideciendo y el turismo, pese a ser el corazón de la reserva de la Biosfera de Urdaibai, la memoria del primer bombardeo contra población civil y la presencia de la simbólica Casa de Juntas, no se aprovecha.

Todavía no hace mucho tiempo que sus tres cuberterías (Malta, Idurgo y Jypsa) eran las líderes mundiales del sector, pero ahora se encuentran en quiebra o pasan por serios problemas económic...

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Gernika, la capital histórica de Euskadi, no sale del agujero. La industria no se recupera de la crisis que vivió en los años 80, el otrora floreciente comercio local lleva más de un década languideciendo y el turismo, pese a ser el corazón de la reserva de la Biosfera de Urdaibai, la memoria del primer bombardeo contra población civil y la presencia de la simbólica Casa de Juntas, no se aprovecha.

Todavía no hace mucho tiempo que sus tres cuberterías (Malta, Idurgo y Jypsa) eran las líderes mundiales del sector, pero ahora se encuentran en quiebra o pasan por serios problemas económicos. El comercio, pequeño sobre todo, se ha quedado anclado, impotente ante el avance de las grandes superficies. "Gernika no es ni un municipio de servicios, ni industrial ni turístico. No se sabe a dónde vamos", afirma un veterano miembro de un grupo cultural local.

La industria no se recupera, el comercio local languidece y el turismo no se aprovecha
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José María Gorroño, candidato de Eusko Alkartasuna a la alcaldía, incide en la pérdida de empleos. "Con la crisis de las cuberteras y el cierre de Astra [la histórica fábrica de armas] se han perdido 2.500 empleos, que no se han recuperado. Los hijos de Gernika han tenido que desplazarse a otros municipios para trabajar y, en muchos casos, para vivir".

El actual alcalde y candidato a la reelección, Miguel Ángel Aranaz (PNV), cree que es necesario revitalizar la industria y defiende el área de casi 50.000 metros cuadrados, donde se ubicaba la empresa Tóle, comprada por la iniciativa privada para crear pabellones y que algunos veían como una oportunidad inmejorable para ser adquirida por el Ayuntamiento con el fin de destinarla a equipamientos. Aranaz asegura que el auge del turismo "se nota ya. Tenemos 80.000 visitantes al año y se nota la influencia del Museo de la Paz", inaugurado en enero pasado con la pretensión de difundir la no violencia.

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"Lo único que se ha hecho en turismo es nombrar un concejal específico de este área pero, con todas las potencialidades que tiene Gernika, no se ha explotado", discrepa el miembro del grupo cultural.

El mandato de los últimos cuatro años ha funcionado con un pacto PNV-EA entre muchas discrepancias, según coinciden varios vecinos y reconoce incluso el candidato Gorroño: "Aprobamos el Plan General para que se moviese el tema de la vivienda, pero en el resto de temas urbanísticos han tenido nuestro voto contrario".

Como sucedió en los anteriores comicios, PNV y EA vuelven a concurrir por separado en la villa foral. "El alcalde puso como condición a su partido que no hubiera coalición", sostiene Gorroño. Aranaz, quien defiende el "buen funcionamiento" del pacto, asegura: "Yo no hubiera puesto problemas a ir en coalición como en otros municipios".

El alcalde se vanagloria de "haber cumplido prácticamente todo el programa" y cita el teatro Liceo, la variante que se inaugurará este verano, la ampliación del área deportiva de Urbieta o la implantación de la OTA. Entre los grupos culturales locales no existe esa sensación. "Salvo lo de Urbieta, no se ha hecho nada que viniera de atrás. A todos los proyectos hemos llegado tarde. La variante tenía un proyecto en 1983 y han tenido que pasar 20 años. Mira el Instituto, que tras diez años de obras, sólo tiene habilitada la mitad, por las broncas entre la consejería de Educación, que es de EA, y el ayuntamiento", dice un representante cultural.

Como en otros municipios, la ausencia de Batasuna puede modificar el mapa electoral. José María Gorroño dice que sus contrincantes "calculan que tendrán la mayoría absoluta. Pero creemos que se puede dar cualquier cosa, porque la gestión de estos cuatro años no ha sido buena". El alcalde califica de "raros" estos comicios "porque se quita la voz a 2.000 votantes de un censo de 13.000. No sé lo que pasará, las urnas dirán, habrá que ver los resultados y luego hablar con todos, como siempre hemos hecho".

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