LA VISITA DEL PAPA | Quejas de CiU y PNV

Los nacionalistas vascos y catalanes lamentan no poder hablar con el Papa

El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, justifica en razones de tiempo la exclusión

Los nacionalistas catalanes y vascos, de honda tradición cristiana, no podrán hablar con el Papa y volvieron ayer a alzar su queja por lo que consideran una marginación injustificada, teniendo en cuenta que Juan Pablo II sí recibirá al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, además de, lógicamente, al presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar. La razón es "el tiempo, no política", les replicó el arzobispo primado de Toledo, Antonio Cañizares.

Los portavoces de CiU y PNV, Xavier Trias e Iñaki Anasagasti, reiteraron ayer, por carta, al presidente de la Conferencia Episcopal...

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Los nacionalistas catalanes y vascos, de honda tradición cristiana, no podrán hablar con el Papa y volvieron ayer a alzar su queja por lo que consideran una marginación injustificada, teniendo en cuenta que Juan Pablo II sí recibirá al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, además de, lógicamente, al presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar. La razón es "el tiempo, no política", les replicó el arzobispo primado de Toledo, Antonio Cañizares.

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Los portavoces de CiU y PNV, Xavier Trias e Iñaki Anasagasti, reiteraron ayer, por carta, al presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cardenal Antonio María Rouco Varela, su protesta por que se les haya marginado en la visita de Juan Pablo II. El Pontífice sólo se entrevistará con los Reyes, el presidente del Gobierno, José María Aznar, y con "el jefe de la oposición", José Luis Rodríguez Zapatero. Trias y Anasagasti habían dirigido antes una carta a Rouco solicitando la entrevista, pero recibieron la contestación del secretario de la Conferencia Episcopal, Juan José Asenjo, argumentando que la CEE y el Gobierno habían decidido circunscribir las entrevistas a la familia real, al jefe del Ejecutivo y al jefe de la oposición. El prelado invocaba, además, la "praxis de las anteriores ocasiones en que el Santo Padre visitó España".

Trias y Anasagasti recordaron a Rouco que en el Congreso "no existe la figura del jefe de la oposición" y sí siete grupos parlamentarios "con los mismos derechos y las mismas obligaciones, porque el sistema constitucionalista español consagra una monarquía parlamentaria, no una monarquía bipartidista".

Sobre los antecedentes de otras visitas papales, los diputados nacionalistas aportan una fotografía de 1982, en la que puede verse al entonces portavoz de CiU, Miquel Roca, y al del PNV, Xabier Arzalluz, junto al Papa y al Rey, como prueba de que sí existen precedentes para su petición. "Lamentamos que finalmente los portavoces de CiU y el PNV no puedan realizar la entrevista con el Santo Padre, entrevista que hubiera contribuido a reflejar mucho mejor la realidad plural del Estado", concluyen.

La CEE declinó anoche hacer ningún comentario sobre esas protestas, pero sí lo hizo, en una entrevista en Antena 3, el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares. "El Papa no recibe a los presidentes de Cataluña y Euskadi por una razón muy concreta, no política: es tiempo", dijo textualmente. Al argumento del tiempo, el arzobispo primado añadió la razón de "la salud misma del Papa". "Tengamos en cuenta que él no va a saludar a todos los obispos, solamente a los del comité ejecutivo y a los cardenales eméritos, ni siquiera a la comisión permanente de la Conferencia Episcopal precisamente para ahorrarle esfuerzos".

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A esta politización de la visita, en plena precampaña electoral y tras la polémica de la guerra de Irak, se sumó el ministro de Justicia, José María Michavila, afirmando que el conflicto bélico no ha afectado a las relaciones con la Santa Sede. "Ni muchísimo menos", dijo. En cambio, el coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, se preguntó qué le dirá Aznar al Papa para explicarle la actitud del Gobierno en esa guerra, tan opuesta a los deseos doctrinales expresados reiteradamente y con tanta energía por el Pontífice.

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