El Supremo se declara incompetente en una querella interpuesta por un socorrista contra un ex consejero

El Tribunal Supremo se ha declarado incompetente para tramitar una querella interpuesta contra el ex presidente de la Federación Socialista Madrileña (FSM) y ex consejero de Cultura y Deporte Jaime Lissavetzy por un presunto delito de imprudencia grave del que fue acusado por un socorrista dependiente de la Comunidad de Madrid, al que le fue diagnosticado un melanoma maligno en 1997 a causa de una exposición permanente a rayos ultravioletas en su trabajo.

Las piscinas públicas eran competencia de la Consejería de Cultura y Deporte durante la etapa de Gobierno socialista, y Lissavetzy, s...

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El Tribunal Supremo se ha declarado incompetente para tramitar una querella interpuesta contra el ex presidente de la Federación Socialista Madrileña (FSM) y ex consejero de Cultura y Deporte Jaime Lissavetzy por un presunto delito de imprudencia grave del que fue acusado por un socorrista dependiente de la Comunidad de Madrid, al que le fue diagnosticado un melanoma maligno en 1997 a causa de una exposición permanente a rayos ultravioletas en su trabajo.

Las piscinas públicas eran competencia de la Consejería de Cultura y Deporte durante la etapa de Gobierno socialista, y Lissavetzy, su consejero.

La Sala estima que la querella no contiene elementos que apunten a la implicación en los hechos del ex consejero -que en el momento de plantearse la querella era diputado en el Congreso-, por lo que el procedimiento debe seguirse tramitando en un juzgado ordinario contra las personas no aforadas que aparecen en la causa .

Sólo se actuará contra Jaime Lissavetzky "si en el curso del mismo resultasen suficientes indicios de responsabilidad contra la persona aforada".

El alto Tribunal señala que su competencia para instruir las causas contra aforados es de carácter excepcional, y advierte que "se produciría una grave disfunción en la actividad normal de la Sala Segunda del Tribunal Supremo si el mero hecho de incluir a una persona aforada (...) fuera suficiente para que dicha Sala asumiera la instrucción de la misma, con evidente detrimento de sus funciones esenciales".

Los hechos que, según el querellante, son constitutivos de delito se produjeron siendo Lissavetzky consejero de Cultura y Educación, entre 1985 y 1995.

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El socorrista se querelló contra él como supuesto responsable máximo de la ausencia de evaluacion de riesgos en la piscina en la que trabajaba, dependiente de la Comunidad de Madrid, donde a su juicio no se le proporcionaron medios para mitigar "las nocivas consecuencias de una exposición incontrolada y permanente a rayos ultraviolenta", lo que le produjo un melanoma maligno.

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