Los soldados entran en la antigua Babilonia
Las fuerzas de la coalición británico-norteamericana entraron ayer en las ruinas de lo que fue la antigua ciudad de Babilonia, durante una operación en busca de milicianos iraquíes. Los restos de la ciudad del rey Nabucodonosor son una de las joyas arqueológicas de Oriente Medio. Los marines están rastreando la zona en busca de combatientes iraquíes y posibles armas alrededor de Hilla (100 kilómetros al sur de Bagdad). Los soldados iraquíes ya han abandonado la ciudad.
La imagen de los marines caminando por el lugar evocaba batallas de otros tiempos. Unos se mostraron más ...
Las fuerzas de la coalición británico-norteamericana entraron ayer en las ruinas de lo que fue la antigua ciudad de Babilonia, durante una operación en busca de milicianos iraquíes. Los restos de la ciudad del rey Nabucodonosor son una de las joyas arqueológicas de Oriente Medio. Los marines están rastreando la zona en busca de combatientes iraquíes y posibles armas alrededor de Hilla (100 kilómetros al sur de Bagdad). Los soldados iraquíes ya han abandonado la ciudad.
La imagen de los marines caminando por el lugar evocaba batallas de otros tiempos. Unos se mostraron más sensibles que otros respecto al lugar que estaban pisando. Un general abroncó a uno de sus oficiales después de que uno de sus tanques entrara violentamente en una zona en reconstrucción. "No podemos hacer eso", le dijo.
Cerca de las ruinas, se levanta un palacio de Sadam Husein, que daba la sensación de no haber sido visitado en mucho tiempo. El palacio, como otros, tenía grifería de oro en baños de mármol y grandes murales sobre la historia de Irak. La gente de la zona dijo que una población de unos 1.000 habitantes había sido destruida y sus gentes obligadas a marcharse para poder construir el palacio en ese lugar.
El museo que alberga restos de la ciudad, que incluía los jardines colgantes de Babilonia, permanece sin electricidad y cerrado para evitar los saqueos. Bajo una réplica de la puerta de Ishtar, un guía turístico expresó su deseo de que, tras la guerra, los turistas volvieran al lugar.