GUERRA EN IRAK | La batalla de Bagdad

"Deben entender que el régimen está acabado"

De los 800 carros de combate de que disponía el Ejército iraquí antes de la invasión apenas quedan operativos un par de docenas, dijo ayer el general Richard Myers, presidente de la Junta de Estado Mayor norteamericana. Su jefe, Donald Rumsfeld, señaló que la entrada de las tropas americanas en Bagdad no es un punto de inflexión en la guerra, y que será el cúmulo de momentos decisivos en distintas partes lo que produzca un cambio que es seguro, pero que no se sabe cuándo ocurrirá. "Hemos visitado dos palacios", dijo ayer con un punto de ironía Myers para referirse a la ocupación por sus tropas...

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De los 800 carros de combate de que disponía el Ejército iraquí antes de la invasión apenas quedan operativos un par de docenas, dijo ayer el general Richard Myers, presidente de la Junta de Estado Mayor norteamericana. Su jefe, Donald Rumsfeld, señaló que la entrada de las tropas americanas en Bagdad no es un punto de inflexión en la guerra, y que será el cúmulo de momentos decisivos en distintas partes lo que produzca un cambio que es seguro, pero que no se sabe cuándo ocurrirá. "Hemos visitado dos palacios", dijo ayer con un punto de ironía Myers para referirse a la ocupación por sus tropas de dos residencias de Sadam en Bagdad. "El mensaje es que estamos ahí y que la gente entienda que el régimen está acabado".

Luego dio cifras sobre el daño infligido a las fuerzas iraquíes, que evaluó en la destrucción de casi 800 carros de combate -"sólo quedan un par de docenas"- y la captura de más de 8.000 prisioneros. "Lo más que puede hacer la Guardia Republicana es ataques esporádicos y con fuerzas muy pequeñas". El general advirtió de que "todavía hay mucho por hacer y será difícil", porque aún quedan unidades especiales de la Guardia Republicana extremadamente afectas al régimen.

En la cotidiana comparecencia en el Pentágono, Rumsfeld fue preguntado sobre el presunto descubrimiento por sus soldados de armas de destrucción masiva. El secretario de Defensa se negó a especular y pidió tiempo para conocer los resultados de los eventuales análisis.

Rumsfeld salió al paso de las especulaciones sobre los movimientos maquiavélicos que se le atribuyen para hacerse con el control de la situación en el Irak posbélico, a partir de la administración de los 2.500 millones de dólares previstos para reconstrucción y ayuda humanitaria y el patrocinio de determinados personajes iraquíes sobre otros. El jefe del Pentágono puso cara de póquer para decir que EE UU está realizando "más de 10 actividades diferentes con distintos grupos" del interior y del exterior y que la idea es que la Administración interina prevista cree las condiciones para que los ministerios de Bagdad, exceptuado lo relativo a Defensa y espionaje, pasen relativamente en poco tiempo a manos iraquíes. La semana pasada, el Senado y la Cámara de Representantes acordaron excluir al Pentágono de la administración de los 2.500 millones. La Casa Blanca espera que en la versión definitiva de la ley le conceda plena libertad en el reparto de esos fondos.

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