Muere la tercera víctima del asesinato múltiple cometido en un hospital de Madrid

El fallecido, acuchillado en el tórax, no logró superar dos intervenciones quirúrgicas

Félix Vallés, de 76 años, quien resultó herido muy grave tras ser agredido por la médica residente de la clínica de La Concepción de Madrid que el pasado jueves atacó a ocho personas, falleció ayer por la tarde. Es la tercera víctima mortal. El herido recibió varias puñaladas en el tórax, que le produjeron entre otras lesiones, la rotura de la arteria aorta. Vallés, que acudió al centro a ver a su esposa, no pudo superar las dos intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido. La Asociación El Defensor del Paciente (Adepa) pidió la dimisión de la dirección de la clínica.

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Félix Vallés, de 76 años, quien resultó herido muy grave tras ser agredido por la médica residente de la clínica de La Concepción de Madrid que el pasado jueves atacó a ocho personas, falleció ayer por la tarde. Es la tercera víctima mortal. El herido recibió varias puñaladas en el tórax, que le produjeron entre otras lesiones, la rotura de la arteria aorta. Vallés, que acudió al centro a ver a su esposa, no pudo superar las dos intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido. La Asociación El Defensor del Paciente (Adepa) pidió la dimisión de la dirección de la clínica.

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La agresión se produjo alrededor de las 14.25 del pasado jueves en la unidad 43 de medicina interna, situada en la tercera planta de la clínica. Una médica residente de tercer año, Noelia de Mingo Nieto, de 31 años, cogió un cuchillo y apuñaló de muerte a su compañera Leilah El Ouamaari, de 26 años. El resto de trabajadores de la zona intentó reducirla, pero la facultativa comenzó a asestar cuchilladas a diestro y siniestro. Después hirió de gravedad a una paciente, Jacinta Gómez de la Llave, de 73 años, quien falleció en la mesa de operaciones. En la refriega resultaron heridas de diversa consideración otras seis personas.

El estado más grave era el de Félix Vallés, de 76 años, quien recibió varias puñaladas que le afectaron a la arteria aorta, al tórax, al páncreas y al estómago, entre otros órganos. El herido fue trasladado de inmediato a los quirófanos que se encuentran en la misma planta. Allí fue intervenido de urgencia.

Aunque ayer fue sometido a una segunda operación, pereció alrededor de las 17.45 a causa de la gravedad de sus lesiones, según un parte médico facilitado por la dirección del hospital.

Fuentes próximas a la familia explicaron que Vallés, ya jubilado, acudió a la clínica a visitar a su esposa, que estaba ingresada en medicina interna, ya que sufre una patología cardiaca. El hombre entró en la unidad 43 justo cuando se produjo el ataque esquizofrénico de Noelia de Mingo, que desencadenó las mortales agresiones.

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Charco de sangre

El tercer fallecido se topó de cara con la residente que, sin mediar palabra, le asestó repetidas cuchilladas, sin que Vallés pudiera defenderse. Una de las médicas que acudió a atender a los pacientes heridos encontró al hombre, caído frente al control de enfermería boca abajo y en medio de un gran charco de sangre. Ese mismo día estaba en la clínica una hija de la víctima, quien recogió los efectos personales de su padre. Al recibir la bolsa con su documentación, la mujer se echó a llorar y sufrió una crisis, porque pensó que su padre había fallecido. Pero realmente estaba siendo intervenido. "No le hemos dicho nada a mi madre, ya que sufre del corazón. Está muy preocupada porque sabía que iba a venir a verla mi padre y aún no ha llegado", señaló entonces la mujer. Su estado de nerviosismo era tal que las enfermeras tuvieron que darle un vaso de tila.

El cadáver de Vallés fue trasladado al Instituto Anatómico Forense donde hoy se le practicará la autopsia. Mientras, Leilah El Ouamaari fue enterrada ayer en el cementerio musulmán de la localidad madrileña de Griñón y la otra mujer fallecida, Jacinta Gómez, recibió sepultura en el cementerio sur de Madrid.

En cuanto a las otras dos heridas graves en la agresión, una auxiliar de clínica de 39 años y una enfermera de 37, continúan ingresadas con pronóstico graves en la unidad de cuidados intensivos de La Concepción, según el hospital.

Por otra parte, la presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente (Adepa), Carmen Flores, exigió ayer la dimisión de la dirección de la clínica de La Concepción, porque a su juicio son responsables directos de lo ocurrido el jueves. Según Flores, los responsables del centro debían de saber que la homicida, Noelia de Mingo, sufría un cuadro de esquizofrenia.

Flores pidió a la ministra de Sanidad, Ana Pastor, y al consejero del área de la Comunidad de Madrid, José Ignacio Echániz, que tomen medidas urgentes contra los directivos del centro: "¿La ministra se paseó por el hospital para ver la sangre o para depurar responsabilidades?", se preguntó.

"Espero que ahora se revisen todos los expedientes y pacientes de la doctora asesina para ver si están siendo tratados adecuadamente", señaló la presidenta de la asociación.

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