GUIÑOS

Un viaje por África

Numerosos viajeros se trasladan de un punto a otro buscando lugares de ocio y placer. A otros les mueve el interés de encontrar formas de vida distintas a la suya. En muchos casos, añaden a su equipaje una cámara fotográfica para, de vuelta a casa, enseñar a los amigos las imágenes captadas. La mayor parte de las veces sus descubrimientos se ven en círculos familiares. No obstante, cuando el reportaje alcanza cotas de calidad suficiente llega a encontrar otros espacios para su difusión.

Así ocurre con las fotografías de Sabin Osoro (San Sebastián,1959) hechas en Etiopía el año 2...

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Numerosos viajeros se trasladan de un punto a otro buscando lugares de ocio y placer. A otros les mueve el interés de encontrar formas de vida distintas a la suya. En muchos casos, añaden a su equipaje una cámara fotográfica para, de vuelta a casa, enseñar a los amigos las imágenes captadas. La mayor parte de las veces sus descubrimientos se ven en círculos familiares. No obstante, cuando el reportaje alcanza cotas de calidad suficiente llega a encontrar otros espacios para su difusión.

Así ocurre con las fotografías de Sabin Osoro (San Sebastián,1959) hechas en Etiopía el año 2001. Ahora pueden verse en el Euskaltegui de la calle Correo de Bilbao. Son composiciones repletas de exotismo que se convierten en instrumento útil para saborear los matices culturales de etnias y tribus africanas. Sabin, después de veinte años recorriendo distintos continentes, puede contar estancias en Centro América, India o Pakistán. Cuando llegan las vacaciones, parte por rutas distintas a las sugeridas por las agencias de viajes, a la búsqueda de otras civilizaciones. Desea conocerlo en persona, palpar sus esencias con todas las consecuencias. Al principio se conformaba con verlo y narrar su experiencia. Mas tarde, de manera autodidacta aprendió el manejo fotográfico y trajo sus primeras diapositivas, luego fueron copias en papel de color y ahora son ampliaciones propias en blanco y negro, porque, según explica, para expresar sensaciones no precisa del color. Detrás de todo ello existe un particular forma de mirar que seduce a quien observa los resultados.

Es su primera exposición. El certificado de calidad llega con el sello del colectivo Ongarri de Elgoibar, al que tanto debe la fotografía en el País Vasco. Antes de llegar al Casco Viejo bilbaíno ha pasado por la Sala de Cultura de Deba y también por el Planetarium de Pamplona.

El título en euskera de la muestra, Etiopía hegoaldetik iparralderantz, indica el chequeo realizado de sur a norte del país. De esta manera recoge aspectos de numerosos poblados. Desde los grupos étnicos marcados por sus creencias animistas hasta las prácticas de un cristianismo de origen copto, el relato gráfico pone de manifiesto la diversidad y riqueza cultural de unos pueblos muy pobres en bienes materiales. Es un ejemplo solvente para que los espectadores vean las posibilidades que ofrece la fotografía de viajes.

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