Editorial:

Primer paso militar

Aunque atraviese una crisis interna debido a sus divisiones por la guerra de Irak, la Unión Europea inició ayer su primera misión militar, al reemplazar a la OTAN en la república balcánica de Macedonia. Se trata de un primer paso, cargado de significado, pese a la modestia de su alcance real: 350 soldados (bajo la coordinación del general español Bernando Álvarez del Manzano) para una operación de mantenimiento de la paz programada en principio para seis meses. El planeamiento se inició en 2000, lo que muestra las dificultades de la Unión para avanzar en este terreno. Es poco, pero ya es algo:...

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Aunque atraviese una crisis interna debido a sus divisiones por la guerra de Irak, la Unión Europea inició ayer su primera misión militar, al reemplazar a la OTAN en la república balcánica de Macedonia. Se trata de un primer paso, cargado de significado, pese a la modestia de su alcance real: 350 soldados (bajo la coordinación del general español Bernando Álvarez del Manzano) para una operación de mantenimiento de la paz programada en principio para seis meses. El planeamiento se inició en 2000, lo que muestra las dificultades de la Unión para avanzar en este terreno. Es poco, pero ya es algo: una semilla para posibles actuaciones de mayor envergadura.

Hasta ahora la UE no se ha planteado en serio una política común de defensa, sino que su ambición se limita a misiones de paz. La guerra de Kosovo puso de relieve las carencias europeas en capacidades militares. Y la de Irak, la ruptura política de la UE entre tres Europas: la de los que apoyan a EE UU en esta crisis; los partidarios de un núcleo europeo y los neutrales tradicionales que no quieren una Europa potencia.

La iniciativa belga de crear, con París y Berlín, un núcleo en la UE que impulse una Europa de la Defensa no llegará muy lejos sin el Reino Unido, que es, junto a Francia, el único miembro de la Unión con una capacidad militar significativa. La misión en Macedonia indica que, pese a la crisis actual, la UE no está condenada a la parálisis. Aunque le falten dosis de voluntad política.

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