SERVICIOS

La grúa de Barcelona prescinde del guardia gracias al móvil

La central policial recibe la foto del vehículo infractor y decide su retirada

"Es un sistema único", aseguran los responsables de Barcelona de Serveis Municipals, la empresa encargada del servicio de grúas de la ciudad. Sus trabajadores van por las calles con cámara digital y teléfono móvil: cuando un ciudadano pide una grúa al 092, ésta va, fotografía el coche mal aparcado y manda las fotos, vía satélite y por correo electrónico, a la central. Allí, un agente las comprueba y autoriza o no la retirada del vehículo.

La Guardia Urbana pone en marcha este sistema para ganar tiempo y personal. El gerente, Joan Albert Dalmau, explica: "Unas 50.000 personas nos llaman ...

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"Es un sistema único", aseguran los responsables de Barcelona de Serveis Municipals, la empresa encargada del servicio de grúas de la ciudad. Sus trabajadores van por las calles con cámara digital y teléfono móvil: cuando un ciudadano pide una grúa al 092, ésta va, fotografía el coche mal aparcado y manda las fotos, vía satélite y por correo electrónico, a la central. Allí, un agente las comprueba y autoriza o no la retirada del vehículo.

La Guardia Urbana pone en marcha este sistema para ganar tiempo y personal. El gerente, Joan Albert Dalmau, explica: "Unas 50.000 personas nos llaman anualmente por problemas de coches aparcados en vados, doble fila, etcétera. Antes, el guardia tenía que ir a comprobar cada caso, con una vespa o una patrulla, y después llamar a la grúa. Ahora la grúa va directamente, fotografía el coche y su entorno, y vía satélite la foto llega a los guardias, que validan la infracción o piden que se repita la foto. Se ganan 20 minutos".

En la central de la Guardia Urbana, un señor con bigote se sienta ante un ordenador, mientras le van llegando los mensajes de la grúa, vía General Packet Radio Service (GPRS) y a través de una red privada virtual. El servicio se aplica "sólo en los casos en que lo requiera el ciudadano y también en zonas de carga y descarga. Aquí nos pararemos, de momento", afirma Dalmau.

60 grúas, 60 cámaras

Cada cámara cuesta unos 1.400 euros y la flota está compuesta de 60 grúas. En 1999 se interconectaban por mensajes SMS. En el 2000 llegó el GPS, y ahora, el GPRS. Cada foto pesa 300k y muestra la situación, la señalización y el vehículo infractor. La cámara, con un objetivo de gran angular -"para que no te atropellen cuando estás tomando una imagen"-, lleva un sistema operativo incorporado, fácil de usar, que envía la foto o secuencia de vídeo, junto con datos y observaciones, al teléfono móvil mediante la tecnología inalámbrica Bluetooth. Y éste, por GPRS, lo manda a los guardias.

Las fotos no se enviarán a los ciudadanos infractores, a no ser que recurran. Dalmau explica que se están planteando un depósito de imágenes accesible vía Internet, sin incurrir en problemas de intimidad. El proyecto entra en una corriente más amplia de uso de las nuevas tecnologías por parte de la Guardia Urbana de Barcelona: ya funcionan los atestados on-line y las cámaras fotográficas en los semáforos, los radares se preparan para emitir formatos digitales y está en marcha un nuevo centro de gestión de imágenes que centralizará estos servicios. Pronto todas las patrullas tendrán GPS.

Los cambios llegan con la nueva Ley de Seguridad Vial, que no hace necesario detener al conductor para notificarle la denuncia y además permite usar medios de captación de la infracción.

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