El Photomuseum inicia a final de año las obras para duplicar su espacio

Villa Manolita se rehabilitará para uso exclusivo de este centro de Zarautz

El Photomuseum de Zarautz celebrará en septiembre su décimo aniversario con un reto de calado en el horizonte: rediseñar su propuesta museológica para adaptarla a las dimensiones que tendrá su sede, tras las obras de rehabilitación de Villa Manolita que comenzarán a finales de año. El museo ocupa hoy dos plantas de este edificio de cinco que se destinará exclusivamente a albergar el centro fotográfico.

El Photomuseum, creado en 1993 por iniciativa de Leopoldo Zugaza y Ramón Serras, aficionados a la fotografía, comparte hoy el uso del edificio con un euskaltegi. Sólo dispone de dos plant...

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El Photomuseum de Zarautz celebrará en septiembre su décimo aniversario con un reto de calado en el horizonte: rediseñar su propuesta museológica para adaptarla a las dimensiones que tendrá su sede, tras las obras de rehabilitación de Villa Manolita que comenzarán a finales de año. El museo ocupa hoy dos plantas de este edificio de cinco que se destinará exclusivamente a albergar el centro fotográfico.

El Photomuseum, creado en 1993 por iniciativa de Leopoldo Zugaza y Ramón Serras, aficionados a la fotografía, comparte hoy el uso del edificio con un euskaltegi. Sólo dispone de dos plantas para concentrar toda su actividad; exposiciones temporales, recorrido por la historia de la fotografía, y para albergar su biblioteca especializada, de más de 5.000 ejemplares. La falta de espacio -cada piso tiene alrededor de 200 metros cuadrados- ha hecho imposible durante este tiempo poner a disposición del público todos los fondos y útiles fotográficos adquiridos con el tiempo. Y ha impedido la exhibición de "exposiciones importantes", fundamentalmente de gran formato, a las que el museo podía haber accedido, según Zugaza.

El Ayuntamiento, consciente de las limitaciones de uno de sus centros culturales más emblemáticos, decidió apostar fuerte, buscar una nueva ubicación para el euskaltegi y habilitar Villa Manolita para el uso exclusivo del Photomuseum, a partir del diseño del estudio de arquitectos local Arquilibe.

El proyecto, que exigirá un desembolso de 1.014.702 euros, tiene el visto bueno de la Comisión de Cultura y está tan sólo pendiente de unos flecos con respecto a la urbanización del entorno. El Ayuntamiento ha consignado ya una partida de 180.000 euros de su presupuestos de 2003 para acometer la primera fase de la rehabilitación, que comenzará a finales de año, según el director de Cultura, Fernando Llopis.

En esta primera etapa se abordará la construcción de un anexo al edificio, construido en 1858, para habilitar un hall, la recepción y el almacén del museo. Pero también se acondicionará la planta baja para albergar un gran salón de actos y la tienda del cetro.

Sólo una vez finalizadas estas obras se pondrá en marcha la segunda fase del proyecto, que contempla la instalación de un ascensor. "La idea es vaciar el edificio y hacer cada planta lo más diáfana posible", explica el arquitecto Iñigo Lizundia. En el primer, segundo y tercer piso están previstas tres salas de exposiciones, cada una de 117 metros cuadrados; la cuarta albergará la biblioteca, la sala de lectura y consultas y los despachos.

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Las posibilidades que ofrecerá el nuevo edificio suponen un nuevo reto para los responsables del museo. Para empezar en lo museográfico. Las dimensiones del espacio expositivo permitirán completar el recorrido por la historia de la fotografía y las exposiciones temporales con secciones concretas dedicadas a analizar por ejemplo la relación entre fotografía y ciencia, a explicar el proceso de la fotografía aérea o sideral o a ahondar en el terreno de las artes gráficas, según explica Zugaza. E incluso completar cada tema expuesto, por ejemplo la historia técnica de la fotografía, con propuestas concretas de autores.

La inauguración del nuevo Photomuseum, tras 12 meses de obras, supondrá el estreno de un proyecto de mayores dimensiones que requerirá también más personal -en la actualidad sólo una persona trabaja diariamente en el centro- y un mayor presupuesto, que en estos momentos es de algo más de 45.000 euros anuales. Zugaza asegura que se tratará de alcanzar acuerdos con las instituciones públicas pero que también está previsto involucrar a patrocinadores privados en esta empresa cultural. "Hasta ahora no hemos sido muy hábiles en marketing y tendremos que hacer un esfuerzo", continúa. Esto no ha impedido que el Photomuseum goce de prestigio, no sólo en el resto del Estado sino también en Europa. De hecho, el centro colabora con organismos como el Instituto Goethe de Alemania.

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