Crítica:

Dos aproximaciones al multiculturalismo

Llegan dos nuevos libros de autores ya conocidos por su especialización en el tema del multiculturalismo, con una estructura similar, pues en ambos casos se trata de recopilaciones de artículos o ensayos menores, profundizando en planteamientos ya conocidos y diametralmente enfrentados. El antropólogo vasco insiste en su rechazo a "la ensaladera multiculturalista" y en exponer las ventajas del melting pot que los multiculturalistas del día condenan. Por su parte, el profesor canadiense no sólo insiste en sus posiciones ya conocidas a favor del multiculturalismo, sino que las proyecta so...

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Llegan dos nuevos libros de autores ya conocidos por su especialización en el tema del multiculturalismo, con una estructura similar, pues en ambos casos se trata de recopilaciones de artículos o ensayos menores, profundizando en planteamientos ya conocidos y diametralmente enfrentados. El antropólogo vasco insiste en su rechazo a "la ensaladera multiculturalista" y en exponer las ventajas del melting pot que los multiculturalistas del día condenan. Por su parte, el profesor canadiense no sólo insiste en sus posiciones ya conocidas a favor del multiculturalismo, sino que las proyecta sobre una problemática más amplia, como el tratamiento de los nacionalismos y el alcance del concepto de ciudadanía. La oposición alcanza también a la metodología empleada y al estilo expositivo. Azurmendi conjuga la reflexión teórica con los resultados de la observación participante. Kymlicka se mantiene siempre en el plano de una teorización sustentada en datos que permiten a su juicio contrastar la validez de las afirmaciones.

Ahí también buena parte del atractivo de ambas obras, con una exposición muy viva en Azurmendi y muy formalizada en Kymlicka, pero también algunas deficiencias observables. En el primer caso, estamos ante el peligro de una extrapolación abusiva, a partir de experiencias puntuales que permiten generalizaciones de dudosa validez. El hecho de que unos clientes musulmanes en Melilla trataran de imponer su prohibición de fumar, propia del Ramadán, a un taxista católico era un buen punto de partida para una investigación sobre las formas de poder derivadas de la religión en el marco de la convivencia ciudadana, lo mismo que el episodio de la conferencia en idioma tamazight. Su inclusión como moneda contante en un relato donde apoyan la posición previamente adoptada por el autor las convierte en sospechosas. Además, de su relato cabe concluir que en vez de insistir en Melilla como ventana hacia África, mejor sería cerrarla. En cuanto a Kymlicka, la insistencia en las virtudes del multiculturalismo peca con frecuencia de la ausencia de un examen basado en análisis empíricos, lo que lleva a valoraciones -por ejemplo de los nacionalismos étnicos- muy discutibles. Así que más vale leer ambos libros y seguir buscando información.

La política vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía. Will Kymlicka. Traducción de Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar. Paidós. Barcelona, 2003. 452 páginas. 28 euros. Todos somos nosotros. Mikel Azurmendi. Taurus. Madrid, 2003. 226 páginas. 16,26 euros.

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