Amann sostiene que el proyecto de la 'Y' está en situación "crítica"

El conflicto con el Gobierno central amenaza a la principal infraestructura vasca

Quince años después de los primeros contactos al respecto entre los gobiernos vasco y central, la Y ferroviaria sigue en el alero. El consejero de Transportes, Álvaro Amann, calificó ayer en el Parlamento de situación "límite y crítica" la coyuntura en que se halla el proyecto en la actualidad, sometido a los vaivenes políticos y al conflicto institucional abierto entre los dos ejecutivos. Amann alertó del riesgo de su paralización ante la "falta de voluntad" de la Administración central para impulsar el proyecto. "Si Madrid no hace la Y, la hará el Gobierno vasco", insistió.
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Quince años después de los primeros contactos al respecto entre los gobiernos vasco y central, la Y ferroviaria sigue en el alero. El consejero de Transportes, Álvaro Amann, calificó ayer en el Parlamento de situación "límite y crítica" la coyuntura en que se halla el proyecto en la actualidad, sometido a los vaivenes políticos y al conflicto institucional abierto entre los dos ejecutivos. Amann alertó del riesgo de su paralización ante la "falta de voluntad" de la Administración central para impulsar el proyecto. "Si Madrid no hace la Y, la hará el Gobierno vasco", insistió.

"Hasta un peón sabe que con este ritmo las obras no se terminan en el plazo convenido".

El consejero compareció a petición propia en la Comisión de Transportes para informar sobre la licitación que ha realizado su departamento de los primeros proyectos del trazado, en el ramal guipuzcoano. Se trata de seis tramos, que suman 48,5 kilómetros entre Ventas de Irún y Zumarraga. El Gobierno se ha atribuido una competencia que corresponde al Ministerio de Fomento ante la "falta de voluntad" mostrada por el departamento que encabeza Francisco Álvarez-Cascos para poner en marcha el proyecto, según Amann.

La decisión del Ejecutivo de Vitoria ha llevado al ministerio a amenazarle con ir los tribunales si en un mes no anula todo el proceso, al tratarse la Y de un proyecto incluido en las redes transeuropeas y, por tanto, ser de interés general y de exclusiva competencia estatal. Con un presupuesto de 3.000 millones de euros, la línea de alta velocidad es la principal infraestructura que se va a realizar en Euskadi.

Para Amann, la culpa de la situación la tiene el Gobierno central que "ni hace, ni deja hacer". Sin embargo, el propio Ejecutivo vasco ha tenido que lidiar en su seno con obstáculos que han podido contribuir a ralentizar el proceso. El parlamentario de la suspendida Batasuna Antton Morcillo se jactó a finales de diciembre pasado en un pleno del Parlamento de que su formación había logrado dejar en suspenso las obras de la Y tras llegar a un acuerdo con la coalición PNV-EA la pasada legislatura. Ningún parlamentario nacionalista ni miembro del Ejecutivo desmintió entonces a Morcillo.

Ayer, el consejero no tuvo más remedio que salir al paso de esta acusación tras reiterársela la socialista Pilar Unzalu. "Que no se le pase por la cabeza que existió algún acuerdo", zanjó. Y puntualizó que hasta octubre de 2000, cuando el pacto con Batasuna (entonces Euskal Herritarrok) llevaba ya varios meses roto, el Ministerio de Medio Ambiente no dio el visto bueno a la declaración de impacto ambiental, paso necesario para cualquier tipo de proyecto. "Sin tener esa declaración no había ningún paso que dar", resumió Amman.

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Izquierda Unida, socio del Ejecutivo, protagonizó en noviembre una nueva polémica al anunciar una alternativa al trazado oficial de la Y. IU había incluido su discrepancia con el proyecto en el pacto de legislatura con PNV y EA, pero su iniciativa suponía cambiar de forma absoluta el plan. Tanto Amann como el parlamentario de IU Oskar Matute pasaron ayer de puntillas sobre esta cuestión. "IU es libre de proponer lo que quiera, pero el trazado aprobado es el de la Y", subrayó el consejero.

Hasta ahora, Fomento ha licitado los proyectos constructivos de dos tramos (seis kilómetros en total) y ha sacado a concurso los contratos de consultoría y asistencia para la redacción de planes básicos de otros siete tramos, que suponen 40,2 kilómetros repartidos en los tres territorios. Para los proyectos constructivos ha dado 12 meses de plazo a las empresas que resulten adjudicatarias y nueve a las que ganen los concursos de los planes básicos. Éstos fueron licitados el pasado fin de semana, tras anunciar el Gobierno vasco que pensaba seguir con sus propias licitaciones.

Amann acusó a Fomento de intentar "engañar" a los ciudadanos al sacar a concurso estos siete tramos sin especificar que se trata de "planes básicos" que ralentizan todo el proceso. Esos planes, explicó, representan un estudio algo más completo que un sondeo geotécnico del terreno, una exploración más en profundidad de las características del suelo. Es algo que la consejería ha incorporado directamente en los seis proyectos constructivos que ha licitado. Tras esos planes básicos habrá que adjudicar los proyectos constructivos, con lo que, según el consejero, el comienzo efectivo de las obras se podría retrasar hasta 2005 o más.

"Hasta un peón de la construcción sabe perfectamente que con este ritmo de trabajo las obras no se terminan en el plazo convenido", apostilló. Las previsiones iniciales eran dedicar los años 2001 y 2002 a redactar los proyectos constructivos, empezar a construir efectivamente en 2003 y lograr que la red estuviera operativa antes de 2010.

Amann recalcó que la principal responsabilidad compete a Fomento, pero si "no la asume", reiteró que el Gobierno vasco tiene la obligación de defender los "intereses y necesidades de sus ciudadanos". En este punto, argumentó que la Y tiene un carácter de red europea, pero también se trata de una red interna, por lo que el Ejecutivo autónomo también es competente.

Populares y socialistas cuestionaron esta justificación. Unzalu le ofreció la ayuda de su partido siempre que se respete el reparto de competencias constitucional. "La actitud del Gobierno vasco no hace más que entorpecer todo", apuntó. Gonzalo Machín, del PP, subrayó que la Y es una red que conecta Euskadi con el resto de Europa y de España y, por lo tanto, supera la competencia autonómica. Además, mostró su confianza en que Fomento inicie las obras este mismo año.

Batasuna no tomó parte en el debate, pero difundió después un comunicado en el que acusaba al Gobierno vasco de "intentar imponer" un "macroproyecto" que va causar "graves daños".

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