Greenspan afirma que la incertidumbre sobre Irak frena la economía de EE UU

Un aumento del déficit será negativo para los tipos, según el presidente de la Reserva Federal

Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, manifestó ayer en el Senado de Estados Unidos que la incertidumbre sobre la guerra con Irak es el mayor freno que soporta la economía del país y que tal nube impide conocer con exactitud su auténtica situación. "El mejor estímulo para la economía sería la eliminación de esa incertidumbre", dijo en respuesta a las repetidas cuestiones sobre su opinión ante el plan de George Bush para estimular la economía, con una nutrida oferta de recortes fiscales. Greenspan apoyó la eliminación de la doble tasación de dividendos, pero reclamó medidas para ...

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Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, manifestó ayer en el Senado de Estados Unidos que la incertidumbre sobre la guerra con Irak es el mayor freno que soporta la economía del país y que tal nube impide conocer con exactitud su auténtica situación. "El mejor estímulo para la economía sería la eliminación de esa incertidumbre", dijo en respuesta a las repetidas cuestiones sobre su opinión ante el plan de George Bush para estimular la economía, con una nutrida oferta de recortes fiscales. Greenspan apoyó la eliminación de la doble tasación de dividendos, pero reclamó medidas para evitar el descontrol del déficit público. Si prosigue el aumento del déficit, el efecto sobre los tipos de interés y la situación económica sería muy negativo.

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"La intensificación de los riesgos geopolíticos dificulta particularmente el discernir el camino que la economía tiene por delante", señaló Greenspan ante el comité bancario del Senado, en su comparecencia de principios de año para comentar sobre el estado y perspectivas de la primera economía del mundo. Hoy intervendrá ante otro comité de la Cámara de Representantes. "Si esas incertidumbres se reducen de forma considerable a corto plazo nos hallaríamos en mejores condiciones de evaluar si estamos ante una economía en condiciones de crecer con rapidez, nuestra probable expectativa, o ante una sometida a persistentes tensiones y desequilibrios erróneamente identificados como pasajeros", dijo el máximo responsable de la política monetaria en EE UU.

Greenspan ve la botella medio llena. La economía norteamericana está sometida a "una inexorable fuerza para moverse hacia adelante que se ve frenada por estas incertidumbres". En tales condiciones aventuró que el PIB crecerá este año entre el 3,25% y el 3,50%, frente al 2,4% del año 2002. Ese empuje no contribuirá a rebajar la tasa de desempleo, que ahora está en el 5,7% y a finales de año oscilará entre el 5,75% y el 6%.

La debilidad del mercado de trabajo es, a juicio de Greenspan, fruto del modesto crecimiento de la producción y del importante crecimiento de la productividad, doble circunstancia que permite a las empresas esperar a que se aclare el horizonte geopolítico antes de adoptar decisiones inversoras.

Desequilibrio económico

Bush aludió de pasada a la situación bélica como factor de desequilibrio económico, pero ha desplegado el grueso de su activismo para alentar la inversión y crear trabajo en el frente presupuestario y fiscal. La Casa Blanca presentó la semana pasada un presupuesto con un déficit para el año próximo de 304.000 millones, seguido de otro de 307.000, en el que la pieza estelar es un recorte fiscal del orden de los 380.000 millones en 10 años por la eliminación del impuesto sobre los dividendos que reciben los inversores.

Greenspan indicó que el retorno al déficit debe dar qué pensar a los congresistas, por empujar al alza los tipos de interés y causar otros efectos negativos sobre la economía. "No hay dudas de que si los déficit aumentan, contrariamente a lo que se ha dicho, afectan a los tipos de interés y tienen un efecto negativo sobre la economía", advirtió Greenspan. A preguntas de los escépticos senadores sobre las ideas de Bush, el presidente del banco emisor recordó que siempre ha estado contra la doble tasación, en lo que coincide con Bush, pero también señaló que "hay que estar muy atento para evitar que el déficit se vaya de las manos".

La Casa Blanca mantiene que su plan de estímulos ayudará al crecimiento económico, tesis desautorizada ayer por Greenspan. "A falta de un incremento notable de la inmigración, no podemos contar con que el crecimiento económico para eliminar los déficit y las difíciles decisiones necesarias para restaurar la disciplina fiscal", dijo antes de señalar las onerosas cargas que se avecinan con el comienzo de la jubilación de la generación nacida en la posguerra. "Hasta que no estemos en condiciones de determinar si hay un deterioro de la economía, y yo sospecho que no es así, el estímulo es prematuro".

Los demócratas recibieron con satisfacción el cauto distanciamiento de Greenspan de presidente, en particular sus constantes advertencias sobre los riesgos de los déficit no recogidos en las manifestaciones de los responsables de la Casa Blanca. No obstante, señaló que el equilibrio presupuestario no debe ser un objetivo en sí mismo. "Alcanzarlo mediante políticas que obstaculizan el crecimiento económico no puede decirse que sea un éxito".

Recortes fiscales

Hace dos años, el presidente de la Reserva Federal dio el visto bueno incondicional a los recortes fiscales propuestos por el presidente Bush por considerarlos asumibles cuando se proyectaba un superávit de a 10 años vista de 5,6 billones de dólares. Ahora el Gobierno prevé un déficit en torno a los dos billones y Greenspan recela, lo que provocó las críticas de un senador republicano. "El presidente de la Reserva Federal no debería establecer la política fiscal, no es su trabajo", le espetó Jim Bunning, quien además le reprochó que no hubiera bajado los tipos de interés para hacer frente al enfriamiento económico y le invitó a dimitir preguntándose si no llevaba ya demasiado tiempo en el cargo de presidente de la Reserva Federal.

Cuatrocientos economistas, entre ellos 10 premios Nobel, publicaron ayer un anuncio de una página en The New York Times en el que critican los recortes fiscales de Bush, en particular el de los dividendos, que consideran no creíble como estímulo a corto plazo. En ese aspecto les dio la razón Greenspan, que, sin embargo, lo defendió como estrategia positiva a largo plazo siempre que se busquen otros medios para el equilibrio presupuestario.

Alan Greenspan, al inicio de su comparecencia ayer ante el Senado de EE UU.REUTERS

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