AL VOLANTE | PRUEBA

Un coche para disfrutar

El Accord es un familiar convencional de última generación que destaca por su calidad mecánica. Tiene un diseño interior algo frío, pero aporta una buena posición de conducción (volante regulable en altura y distancia), unos mandos muy suaves y precisos (volante, cambio, pedales...) y, sobre todo, un funcionamiento exquisito que convierte la conducción en un placer.

El motor 2.0 i-VTEC de gasolina ofrece una respuesta sorprendente para ser la versión básica y mueve el peso con mucha soltura. Es uno de los más potentes de su cilindrada (155 CV), pero destaca por su respuesta suave y cont...

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El Accord es un familiar convencional de última generación que destaca por su calidad mecánica. Tiene un diseño interior algo frío, pero aporta una buena posición de conducción (volante regulable en altura y distancia), unos mandos muy suaves y precisos (volante, cambio, pedales...) y, sobre todo, un funcionamiento exquisito que convierte la conducción en un placer.

Un motor pequeño, pero brillante

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El motor 2.0 i-VTEC de gasolina ofrece una respuesta sorprendente para ser la versión básica y mueve el peso con mucha soltura. Es uno de los más potentes de su cilindrada (155 CV), pero destaca por su respuesta suave y contundente. Y se adapta a cualquier conducción, ya sea tranquila o muy deportiva, porque responde progresivamente de menos a más según va subiendo de régimen: tiene fuerza desde 1.000 vueltas circulando en ciudad sin cambiar a menudo y se recupera bien a medio régimen. Sin embargo, muestra su verdadero poderío a partir de 4.000 vueltas y sube hasta casi 7.000 con asombrosa facilidad.

Sólo le falta algo de nervio entre 3.000 y 4.000, pero si se elige la marcha apropiada, empuja con carácter como si no le costara esfuerzo, adelanta con rapidez y emite un sonido redondo y deportivo. Además, el cambio de cinco marchas es muy rápido y bien escalonado. Y los consumos están a la altura de los mejores: menos de 8 litros en conducción tranquila y alrededor de 10 en ciudad y cuando se exprime a fondo.

Conducción fácil y precisa

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El comportamiento dinámico también lo sitúa entre los mejores de su tamaño. Las suspensiones son cómodas, pero priman el carácter y la eficacia. Y el resultado es una conducción muy agradable, con un tacto suave y preciso que transmite sensación de solidez y confianza al conductor. Filtra bien los baches y tiene una gran estabilidad en cualquier trazado, con una dirección muy buena, poco balanceo lateral en las curvas y bastante aplomo a alta velocidad. Además, el acabado Sport incluye unos frenos y llantas más grandes (16 pulgadas) que mejoran la efectividad y aportan una frenada potente y con mordiente.

El Accord es un coche para disfrutar conduciendo porque se maneja con dos dedos, tiene un tacto y respuesta muy finos y transmite sensación de calidad. La lástima es que con este motor no se puede incluir el control de estabilidad (VSA en Honda), aunque estará disponible a final de año.

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