Reportaje:

Un visión neoyorquina de los valencianos

El fotógrafo Christopher Makos trata de capturar la vida y la cultura valencianas a través de 60.000 fotos

Entre agosto de 2001 y agosto de 2002, Christopher Makos efectuó 60.000 disparos con su cámara digital para obtener el "retrato de la Comunidad Valenciana" que le había encargado el consejero de Cultura, Manuel Tarancón. Sesenta mil fotos de las que después hubo de hacer una selección de algo más de un millar para confeccionar el libro que ayer fue presentado en el IVAM junto a una exposición con unas seiscientas imágenes distribuidas en varios paneles, reflejo de cómo ve a los valencianos este artista a quien Andy Warhol, su íntimo amigo, calificó como "el fotógrafo más moderno de Norteaméric...

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Entre agosto de 2001 y agosto de 2002, Christopher Makos efectuó 60.000 disparos con su cámara digital para obtener el "retrato de la Comunidad Valenciana" que le había encargado el consejero de Cultura, Manuel Tarancón. Sesenta mil fotos de las que después hubo de hacer una selección de algo más de un millar para confeccionar el libro que ayer fue presentado en el IVAM junto a una exposición con unas seiscientas imágenes distribuidas en varios paneles, reflejo de cómo ve a los valencianos este artista a quien Andy Warhol, su íntimo amigo, calificó como "el fotógrafo más moderno de Norteamérica". Makos fue aprendiz en París con Man Ray y, aunque nacido en Massachussets en 1948, se reveló como figura destacada del arte contemporáneo neoyorquino junto a sus amigos Keith Haring, Jean Michael Basquiat y el propio Warhol, sobre quien recientemente ha publicado una colección de textos y fotografías titulado Andy Warhol by Christopher Makos.

Ya en 1977, Makos documentaba en su primer libro, White trash, el ambiente protopunk de los clubes nocturnos de Nueva York. Ha publicado sus fotos en revistas diversas como Interview, Squire, Rolling Stone o New York Magazine y ha colgado sus obras en museos y galerías de Norteamérica, Europa y Japón. A Makos le fascinó la España posterior a la "movida" de los primeros ochenta, reflejada en una muestra que se exhibió en el IVAM hace dos años. Tarancón le hizo el encargo tras contemplar esa exposición. Durante un año, el fotógrafo norteamericano viajó todos los meses a esta parte del Mediterráneo en estancias de diez días, de forma que el fatídico 11 de septiembre le pilló trabajando en Valencia. "Durante ese periodo, mi forma de hacer fotos era más cinematográfica, más espiritual", confiesa Makos en el libro sobre la Comunidad Valenciana. "Cuando veía un paisaje montañoso", prosigue, "como los árboles de Ademuz, venían a mi mente imágenes del Señor de los anillos, o ante la visión del asombroso Peñón de Ifach, con la ciudad a sus pies, veía una metrópolis en un planeta lejano como en una película de Star Trek". En todo caso, esta "oportunidad extraordinaria de capturar la vida de toda una cultura" ha supuesto para Christopher Makos la "experiencia fotográfica más intensa" de su vida. Este proyecto ha sido, además, su primer libro digital creado enteramente por ordenador.

Christopher Makos, ayer en el IVAM ante uno de los paneles de su exposición sobre la Comunidad Valenciana.SANTIAGO CARREGUÍ
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