Gracias y desgracias
Parece que esta película procede más del empeño de Leonardo DiCaprio en interpretar al personaje del muchacho estafador -un sujeto con sombra verídica, sobre el que gira una divertida, rica y accidentada aventura picaresca- que del propio Steven Spielberg, que esta vez se apunta al cine de encargo y vuelca la carga de sabiduría que le dan su redomado oficio y su instinto de consumado filmador en proporcionar solvencia, viveza y buenos giros y ritmos a un relato esquemático, ligero y trepidante, al que él erróneamente sazona -a través de la figura del padre del muchacho ladrón, que borda Christ...
Parece que esta película procede más del empeño de Leonardo DiCaprio en interpretar al personaje del muchacho estafador -un sujeto con sombra verídica, sobre el que gira una divertida, rica y accidentada aventura picaresca- que del propio Steven Spielberg, que esta vez se apunta al cine de encargo y vuelca la carga de sabiduría que le dan su redomado oficio y su instinto de consumado filmador en proporcionar solvencia, viveza y buenos giros y ritmos a un relato esquemático, ligero y trepidante, al que él erróneamente sazona -a través de la figura del padre del muchacho ladrón, que borda Christopher Walken- con gotas de sentimentalismo muy de cosecha propia spielbergiana.
Pero, y ahí entran las paradojas de la lógica, o la ilógica, de la imaginación y la creación cinematográfica, es esta vertiente tristona, sesuda y autoral lo menos convincente, lo más rutinario y artificioso de un filme que da mucho mejor cine en las zonas menos personales o autorales, en las secuencias de simple descarga de la gran solvencia profesional de Spielberg, que están -en un comprometido, no fácil de sostener, punto intermedio entre la comedia y el thriller- muy bien urdidas, diseñadas y logradas. Y si los circunloquios autorales del director rozan la desgracia, la gracia procede de estas radiantes secuencias genéricas de Atrápame si puedes, que, éstas sí, atrapan al espectador.
ATRÁPAME SI PUEDES
Dirección: Steven Spielberg. Fotografía: Janusz Kaminski. Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Tom Hanks, Christopher Walken, Martin Sheen, Nathalie Baye. Género: thriller. Estados Unidos, 2002. Duración: 135 minutos.
Gozosa ligereza
El crecimiento, trazado con regla de cálculo, del proceso de aprendizaje de su oficio del muchacho estafador; el progresivo desvelamiento en escalera, en un juego casi circense al más dificil todavía, de los inagotables recursos de su prodigioso ingenio para improvisar farsas y regates a bote pronto; las inesperadas e instantáneas mutaciones de máscara a que DiCaprio se ve forzado por los sobresaltos e imprevistos de su trabajo, todo esto y más es una materia narrativa picaresca muy rica, que es atrapada por la cámara de Spielberg con admirable facilidad, y en ella filma como si respirase, transmitiendo a la pantalla una confortadora sensación de comodidad y facilidad.
Y casi todo el filme se ve con gozo, en continua fiesta cinematográfica. Pero la fiesta se alarga y quiere abarcar demasiado y a Spielberg la avaricia le rompe el saco, pues se alarga en momentos de melo sacados con sacacorchos y la emoción buscada en ellos se torna frío e indiferencia, por lo que, a ojo, de las dos horas y cuarto de Atrápame si puedes sobran alrededor de 20 minutos, sin que la eficacia de Tom Hanks, DiCaprio, Walken, Martin Sheen, Nathalie Baye y el resto del buenísimo reparto logren darle la plena consistencia que merece.