Un jefe policial declara que los disturbios de Sants de 1999 eran inevitables

"No hay policías en toda España para garantizar que no se destroce un escaparate en una manifestación así". Con esa contundencia se expresó ayer ante un tribunal el inspector que mandaba a los 250 agentes antidisturbios que intervinieron en la manifestación del Día de la Hispanidad de 1999, cuando un grupo de encapuchados arrasaron decenas de escaparates en el barrio barcelonés de Sants. Dieciocho jóvenes se sientan en el banquillo desde el martes acusados de desórdenes públicos y atentado contra la autoridad. El fiscal pide para la mayoría penas que suman tres años de prisión.

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"No hay policías en toda España para garantizar que no se destroce un escaparate en una manifestación así". Con esa contundencia se expresó ayer ante un tribunal el inspector que mandaba a los 250 agentes antidisturbios que intervinieron en la manifestación del Día de la Hispanidad de 1999, cuando un grupo de encapuchados arrasaron decenas de escaparates en el barrio barcelonés de Sants. Dieciocho jóvenes se sientan en el banquillo desde el martes acusados de desórdenes públicos y atentado contra la autoridad. El fiscal pide para la mayoría penas que suman tres años de prisión.

Algunas de las preguntas formuladas por los abogados generaron momentos de tensión en la sala de vistas. "¿Tenía usted orden de realizar un cierto número de detenciones?", preguntó un letrado. "Eso es inconcebible. No la había, y si la hubiera habido, no la habría cumplido", respondió el inspector, quien en otro momento de su declaración fue identificado por su nombre de pila por el abogado Jaume Asens.

"Ha sido un lapsus", se justificó el letrado. "Usted sabe que no lo ha sido y que mañana sale mi nombre en el Ardi Beltza", le recriminó el inspector. La juez María Mercedes Armas medió para censurar al abogado y recordarle que a los policías se les identifica por su carnet profesional en un juicio. La insistencia y el tono de las preguntas de otro letrado motivaron también una contundente intervención de la magistrada. "No se ponga usted nervioso ni agresivo, que es un profesional", le espetó.

Por lo demás, el inspector relató que los policías antidisturbios sólo realizaron dos de las 18 detenciones y que su objetivo no era reprimir la manifestación convocada por la llamada Plataforma Antifascista, sino evitar que se juntase con la concentración ultraderechista que se estaba celebrando en Sants a esa hora. La policía fue acusada entonces por los vecinos de pasividad por permitir los destrozos, evaluados en más de 150.000 euros. "A los destrozos siempre se llega tarde porque nunca se hacen en presencia de la policía y hay que cruzar las barricadas", explicó el inspector.

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