Reportaje:

Medicina basada en el anuncio

Un estudio revela malas prácticas en la publicidad que los laboratorios insertan en las revistas médicas españolas

Las compañías farmacéuticas utilizan cada vez más referencias a ensayos clínicos de prestigio en la publicidad que insertan en las revistas médicas para promocionar sus medicamentos. Pero, según un estudio de la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud publicado en Lancet (4 de enero), un alto porcentaje de esos anuncios aprovecha la referencia a los ensayos clínicos para emitir mensajes -sobre la eficacia de los fármacos o sus bajos efectos secundarios- que no se pueden deducir de ellos. Los autores consideran que estas prácticas publicitarias pueden confundir a los médicos, que so...

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Las compañías farmacéuticas utilizan cada vez más referencias a ensayos clínicos de prestigio en la publicidad que insertan en las revistas médicas para promocionar sus medicamentos. Pero, según un estudio de la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud publicado en Lancet (4 de enero), un alto porcentaje de esos anuncios aprovecha la referencia a los ensayos clínicos para emitir mensajes -sobre la eficacia de los fármacos o sus bajos efectos secundarios- que no se pueden deducir de ellos. Los autores consideran que estas prácticas publicitarias pueden confundir a los médicos, que son los destinatarios de esos anuncios.

El estudio, encabezado por Pilar Villanueva y Salvador Peiró, se basa en el análisis de 264 anuncios diferentes, todos ellos de fármacos para bajar la tensión y el colesterol, insertados durante 1997 en seis revistas médicas españolas. De esos 264 anuncios, 125 contenían referencias a trabajos científicos aparecidos en revistas internacionales de prestigio. Y de éstos, el 44% emitía un mensaje sobre el fármaco que no se deducía de la referencia.

Las falsedades, exageraciones e inexactitudes pueden clasificarse en varias categorías. El caso más común es que el anuncio recomiende el fármaco para un grupo de pacientes, y la referencia científica se refiera a otro tipo de pacientes. Una situación frecuente es que un ensayo clínico realizado con enfermos de alto riesgo se utilice para recomendar el fármaco en la población general de pacientes. Pero también puede ocurrir lo contrario: un medicamento se anuncia para un grupo particular (diabéticos o personas de edad avanzada, por ejemplo) apoyándose en un ensayo clínico en el que ese grupo había sido excluido, o no participó por alguna otra razón. En un caso, el trabajo científico citado se había hecho en animales. En diez casos, la publicidad exageraba el resultado del ensayo. En otros nueve, se afirmaba una propiedad del medicamento sin que el ensayo la demostrara con significación estadística. En otros seis anuncios, la referencia, simplemente, no guardaba relación con el mensaje del anuncio.

Robert Fletcher, de la Harvard Medical School, señala en un comentario adjunto que los médicos suelen sostener que los anuncios no les afectan a la hora de recetar. Pero entonces, se pregunta, "¿por qué las firmas farmacéuticas se gastan miles de millones de dólares en anunciarse en las revistas médicas?". Fletcher recuerda a los médicos que es su responsabilidad juzgar la exactitud de estos anuncios.

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