Bañistas solidarios

Ya es tradición, cada primero de enero, que la playa de Sant Sebastià, en Barcelona, acoja a decenas de bañistas dispuestos festejar el nuevo año con un chapuzón en las frías aguas mediterráneas. Ayer fueron más de medio centenar los que dieron continuidad a la iniciativa, que alcanzó una dimensión solidaria. Muchos de los congregados portaban pancartas con el lema Nunca máis, como expresión de su rechazo al cúmulo de despropósitos que ha propiciado la catástrofe ecológica que se vive en Galicia a causa del naufragio del petrolero Prestige.

Por lo demás, la concentración b...

Ya es tradición, cada primero de enero, que la playa de Sant Sebastià, en Barcelona, acoja a decenas de bañistas dispuestos festejar el nuevo año con un chapuzón en las frías aguas mediterráneas. Ayer fueron más de medio centenar los que dieron continuidad a la iniciativa, que alcanzó una dimensión solidaria. Muchos de los congregados portaban pancartas con el lema Nunca máis, como expresión de su rechazo al cúmulo de despropósitos que ha propiciado la catástrofe ecológica que se vive en Galicia a causa del naufragio del petrolero Prestige.

Por lo demás, la concentración bañista discurrió con plácida normalidad, calificativos que bien pueden aplicarse a lo ocurrido durante la Nochevieja, que pese a las muertes en accidente -dos-, las detenciones o los positivos en los controles de alcoholemia, se desarrolló con franca tranquilidad.

Las dos muertes citadas se produjeron en sendos accidentes ocurridos en Ampuriabrava (Alt Empordà) y Riudoms (Baix Camp), en los que se registraron además numerosos heridos, hasta 14 si se agregan al recuento los causados por otros dos accidentes de menor gravedad ocurridos en Sant Bartomeu de Grau (Osona) y Barcelona.

Las carreteras catalanas, durante la Nochevieja, fueron objeto de un fuerte control por parte de los Mossos d'Esquadra, que realizaron 2.330 controles de alcoholemia, de los que 131 dieron resultado positivo; es decir, que el conductor objeto de la prueba registraba en su sangre una concentración de alcohol superior a la permitida. Un total de 15 de los 131 infractores recibirán una sanción penal a causa de la gravedad de su quebranto de las normas; la del resto tendrá carácter administrativo. En Barcelona, la Guardia Urbana realizó también 59 controles de alcoholemia, de los que 11 resultaron positivos.

Entre quienes dieron positivo figura Jordi C. G., de 23 años, que fue detenido por los Mossos d'Esquadra en la localidad de Aitona (Segrià) por presunta conducción temeraria. A altísimas horas de la madrugada, casi al filo del nuevo día, Jordi, al volante de un todoterreno, irrumpió a toda velocidad en un polideportivo en el que un grupo de personas realizaba tareas de limpieza tras la fiesta celebrada horas antes. Este conductor fue detenido finalmente en su domicilio, a donde llegó después de embestir el automóvil de un trabajador del polideportivo que le recriminó su irracional actuación.

En Barcelona, 300.000 personas optaron por el metro, que funcionó toda la noche, para su desplazamiento festivo.

La tranquilidad de la noche barcelonesa no evitó que un joven marroquí fuera apuñalado en el tórax en la plaza Reial -y operado de urgencia en el hospital del Mar, donde en principio no se teme por su vida- ni que se reprodujera el lanzamiento de botellas que todos los años tiene por escenario la plaza de Catalunya, donde se congregaron no menos de 10.000 personas.

Con tranquilidad -y normalidad- se desarrollaron los primeros nacimientos habidos en 2003 en Cataluña. Ocurrió durante las campanadas que anunciaban la medianoche en los hospitales Joan XXIII de Tarragona y Comarcal de Sant Boi de Llobregat. Laia Figueroa Molons pesó 3,75 kilos y Joel Suárez Martínez, 3,43. Los dos nacieron mediante un parto normal y se encuentran en perfecto estado, igual que sus madres.