AL VOLANTE | PRUEBA

Mejor en el campo

Aunque la mayoría de los todoterrenos clásicos han suavizado su carácter sacrificando sus aptitudes en el campo,el Discovery se mantiene como un 4×4 puro y prima la robustez y los recursos fuera del asfalto. Se aprecia en la altura al suelo y la posición de conducción, muy elevada. Y también en el tacto duro de los mandos (pedales, cambio...) y en la sonoridad, que sigue siendo superior a la de otros rivales.

El nuevo Land Rover conserva el motor 2.5 TD5 turbodiésel de cinco cilindros y 137 CV con reductora. Incluye inyección directa y aporta unos consumos ajustados para su peso: algo m...

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Aunque la mayoría de los todoterrenos clásicos han suavizado su carácter sacrificando sus aptitudes en el campo,el Discovery se mantiene como un 4×4 puro y prima la robustez y los recursos fuera del asfalto. Se aprecia en la altura al suelo y la posición de conducción, muy elevada. Y también en el tacto duro de los mandos (pedales, cambio...) y en la sonoridad, que sigue siendo superior a la de otros rivales.

Un motor rumoroso y económico

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El nuevo Land Rover conserva el motor 2.5 TD5 turbodiésel de cinco cilindros y 137 CV con reductora. Incluye inyección directa y aporta unos consumos ajustados para su peso: algo más de 9 litros a ritmos tranquilos, entre 10 y 11 en conducción rápida y de 11 a 12 en campo y ciudad. Y con un depósito de 93 litros puede recorrer casi 1.000 kilómetros sin repostar.

Sin embargo, el funcionamiento no está tan logrado. Para empezar tiene un tacto áspero y pesado, sobre todo en tráfico urbano. Tarda en responder al acelerador y exige reducir a menudo. Después acelera con brío y fuerza desde 2.000 vueltas, y ofrece unas prestaciones aceptables (157 km/h) para viajar con cierta soltura. Pero con unos ritmos de crucero inferiores a los de sus mejores rivales y una sonoridad interior más alta.

La estabilidad en asfalto es correcta, aunque no destaca por su agilidad: acusa las inercias laterales y obliga a bajar el ritmo en zonas viradas. Pero ofrece un confort suficiente en carretera, con una altura al suelo y una sensación de seguridad agradables. Y tiene unos frenos y un ABS equilibrados que paran bien el peso.

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Bien dotado fuera del asfalto

El Discovery no es tan suave y cómodo en el uso diario como los 4×4 más modernos, pero supera a la mayoría en el campo. Ofrece un comportamiento eficaz, sensación de robustez y todos los recursos de los todoterrenos puros: tracción 4×4 permanente y una reductora con las marchas muy cortas que permite superar pendientes muy fuertes incluso en segunda. Los neumáticos mixtos aumentan su poder de tracción, y, junto al control de descenso de pendientes (HDC), que retiene el coche sin tener que tocar el freno en las bajadas más difíciles, aporta unas aptitudes 4×4 muy brillantes. Además, absorbe bien los baches y tiene unos recorridos de suspensiones amplios para zonas trialeras. Y si se quiere practicar una conducción 4×4 más radical cuenta con un bloqueo del diferencial central opcional (450 euros).

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