Japón cierra otro año marcado por la crisis, las quiebras y el paro

El Ejecutivo cree que la deflación es el mayor freno a la recuperación

Tras una década de estancamiento, la economía japonesa cierra otro año en negativo. Más de 17.000 sociedades quebraron en los primeros once meses de 2002, el desempleo alcanzó la cifra récord del 5,5% en octubre, y la producción industrial cayó un 2,2% en noviembre. El Gobierno considera la deflación (el IPC se redujo un 0,8% el mes pasado, y sitúa la bajada interanual en el 0,4%) el principal freno a la recuperación.

Los expertos afirman que los precios seguirán a la baja (llevan ya cayendo 38 meses consecutivos), por la presión oficial para que la banca liquide lo antes posible sus ma...

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Tras una década de estancamiento, la economía japonesa cierra otro año en negativo. Más de 17.000 sociedades quebraron en los primeros once meses de 2002, el desempleo alcanzó la cifra récord del 5,5% en octubre, y la producción industrial cayó un 2,2% en noviembre. El Gobierno considera la deflación (el IPC se redujo un 0,8% el mes pasado, y sitúa la bajada interanual en el 0,4%) el principal freno a la recuperación.

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Los expertos afirman que los precios seguirán a la baja (llevan ya cayendo 38 meses consecutivos), por la presión oficial para que la banca liquide lo antes posible sus masivos créditos irrecuperables. Las entidades niponas arrastraban hasta marzo créditos fallidos por unos 43,2 billones de yenes (unos 354.000 millones de euros). Deseosos de reducir esa carga, los bancos continuaron reacios a conceder más préstamos y se volvieron más exigentes con los requisitos para los nuevos beneficiarios.

Como consecuencia, las empresas se vieron obligadas a llevar a cabo rigurosas reorganizaciones que comprendieron reducción de precios de compra a los proveedores y recortes laborales. En octubre el desempleo alcanzó el récord histórico del 5,5%, lo que supone el peor dato desde la crisis de 1974. Mejoró ligeramente en noviembre, hasta el 5,3% , pero la tendencia fue considerada "incierta" por el Gobierno.

A la escasa oferta laboral contribuyó, además, la tendencia de las multinacionales niponas a fabricar en países con mano de obra calificada y barata, como China, que a la vez son mercados de venta.

Con sus transferencias de producción al extranjero, firmas automovilísticas como Toyota, Honda y Nissan, contribuyeron este año también a la reducción de la producción industrial doméstica. Esta cifra se redujo un 2,2% en noviembre respecto al mes anterior, en lo que supone su tercer descenso consecutivo, debido a la debilidad de la demanda interna y externa, según las cifras oficiales difundidas ayer.

Las entregas de productos industriales bajaron un 1,4% en noviembre en relación con el mes anterior, mientras que los stocks se incrementaron un 2,5%, según los datos del Ministerio de Economía.

El Gobierno prevé un crecimiento del 0,3% de la producción industrial japonesa en diciembre respecto al mes anterior, lo que supone una revisión a la baja de su anterior estimación, de un crecimiento del 0,6%.

Desplome del Nikkei

Por otra parte, la desconfianza ha arrastrado además los índices bursátiles y el Nikkei perdió ayer, en su penúltimo día de negociación bursátil, un 17% en relación a su última sesión de 2001.

El Gobierno del primer ministro, Juichiro Koizumi, conservador que asumió el cargo en abril de 2001 en medio de expectativas de grandes reformas, se enfrenta a la rigidez de un sistema económico y financiero desgastado pero que se vanagloria de haber propiciado el "milagro" económico japonés del siglo pasado y no cambia. Koizumi y sus ministros han prometido repetidas medidas que han sido descalificadas por los expertos como tardías e insuficientes.

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