Beneficios del agua

Tres amigos decidieron dejar sus trabajos habituales para iniciar un camino empresarial que les ha llevado al lado del agua y la salud. Han puesto en marcha en Jaén el primer centro SPA (Salud Por Agua) que existe en la provincia después de realizar una inversión de más de 180.000 euros en la localidad de Linares. Se trata de lo que se conoce habitualmente como "balnearios urbanos" en los que se trabaja con la hidroterapia. Este es sólo el primer proyecto de los tres socios, que abrirán delegaciones en la capital y en la sierra de Cazorla.

El proyecto lo han iniciado hace siete meses Pi...

Tres amigos decidieron dejar sus trabajos habituales para iniciar un camino empresarial que les ha llevado al lado del agua y la salud. Han puesto en marcha en Jaén el primer centro SPA (Salud Por Agua) que existe en la provincia después de realizar una inversión de más de 180.000 euros en la localidad de Linares. Se trata de lo que se conoce habitualmente como "balnearios urbanos" en los que se trabaja con la hidroterapia. Este es sólo el primer proyecto de los tres socios, que abrirán delegaciones en la capital y en la sierra de Cazorla.

El proyecto lo han iniciado hace siete meses Pilar Sánchez, de 29 años, directora de la empresa; Guillermo Marín, de 38 años, gerente; y Juan de Dios Martínez Bellón, administrador. Los tres coincidieron en unos cursos sobre masajes y decidieron emprender su propia aventura empresarial dejando los trabajos que tenían en esos momentos.

Pilar Sánchez Pérez abandonó su actividad laboral en un comercio para dedicarse plenamente a su nueva empresa, Las Ánforas, desde la que se están realizando novedosos tratamientos relacionados con la salud después de que la Escuela de Negocios de Linares considerase el proyecto de viabilidad de esta idea como el más sobresaliente de todos los que concurrieron hace un año. "La gente está huyendo cada vez más de los quirófanos y los medios alternativos aplicados con nuevas tecnologías ofrecen un mundo de posibilidades infinitas", explicó Pilar Sánchez, directora de la empresa. Han desarrollado bañeras de masajes, de aplicación de tratamientos médicos con cremas, que implican un descenso del dolor en la curación de enfermedades.

Las bañeras de masajes que están utilizando permiten aplicar medicamentos supervisados por profesionales del mundo de la medicina mientras se dan masajes en el agua. "El agua es un medio en el que las personas se mueven con facilidad, y en el que es más fácil mover, por ejemplo, una articulación que está dañada. Se elimina dolor y se consigue una recuperación más rápida", asegura la directora.

Guillermo Marín, gerente de Las Ánforas, lucha contra las dificultades económicas que implica el nacimiento empresarial. Hasta ahora, todo el proyecto ha sido recibido por las administraciones con un entusiasmo que todavía no se ha reflejado en su cuenta corriente. "Tenemos subvenciones aprobadas, pero la empresa está funcionando sin que las hayamos cobrado todavía. Ninguna empresa se puede montar pensando en el dinero que puede llegar de las administraciones, porque es un proceso aún demasiado lento".

La Escuela de Negocios les ha servido para orientar la idea que tenían los tres actuales socios de iniciar una actividad empresarial. "Nos han ahorrado infinitos viajes hasta Jaén capital o Sevilla para arreglar documentación, pero lo que es en dinero físico después de siete meses de actividad todavía no es una realidad".

El crecimiento de Las Ánforas ha sido espectacular. Comenzaron a trabajar cinco personas y en menos de seis meses de actividad han duplicado ya la plantilla para hacer frente a secciones como un gabinete de estética, la hidroterapia, fisioterapia, osteopatía, reflexología, quiromasajes y consulta médica.

Una de las claves de su expansión se centra en el coste del servicio que ofrecen, tan variado que va desde los tres euros por un hidromasaje básico en los pies hasta los 30 euros de un tratamiento intenso de todo el cuerpo. A partir de ahí se puede llegar hasta tratamientos con algas de más de una semana de duración con precios que oscilan entre los 200 y los 400 euros.

"Es una nueva forma de entender la medicina y la fisioterapia. En un medio flotante se acelera la capacidad del cuerpo para rehabilitarse y ganar grados en la amplitud de movimiento de un miembro determinado, minimizando así el dolor del paciente, ya que el agua en sí misma actúa como un potente analgésico", explica la directora. Pero no es necesario padecer una enfermedad para zambullirse en el agua. "Cada vez es más frecuente que la gente tenga problemas de tensiones, de ansiedad por la vida que llevamos, y también se recurre con más frecuencia a tratamientos muy relacionados con la naturaleza".