Reportaje:

El alma al aire en el Botánico

Una vanguardista exposición de cuatro artistas trae al tradicional espacio una forma distinta de crear y poblar un jardín

El Jardín Botánico no quiere quedarse atrás en innovación y modernidad. El tradicional espacio, conocido como un parque de corte más bien clásico, ha descubierto en las artes plásticas un nuevo filón y se ha apuntado a la vanguardia artística con una pequeña exposición que lleva por nombre Jardines del Alma. 'Nos lo pensamos mucho antes de organizarla porque es muy innovadora y de un estilo que nunca se ha visto en el Botánico', señala Teresa Tellerías, directora del Jardín Botánico.

La muestra, compuesta por tres espacios distintos realizados por cuatro artistas, propone un reco...

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El Jardín Botánico no quiere quedarse atrás en innovación y modernidad. El tradicional espacio, conocido como un parque de corte más bien clásico, ha descubierto en las artes plásticas un nuevo filón y se ha apuntado a la vanguardia artística con una pequeña exposición que lleva por nombre Jardines del Alma. 'Nos lo pensamos mucho antes de organizarla porque es muy innovadora y de un estilo que nunca se ha visto en el Botánico', señala Teresa Tellerías, directora del Jardín Botánico.

La muestra, compuesta por tres espacios distintos realizados por cuatro artistas, propone un recorrido por tres tipos de jardines en los que se pretende que el visitante recuerde, se inspire y observe con los ojos del alma las distintas composiciones. 'Todas las salas cambian en función de la hora del día que se visiten y de la perspectiva desde la que se las observe', apunta la directora.

Las hermanas Elena e Isabel Pan de Soraluce emplean la madera, un material 'vivo', según ellas, para reflejar el movimiento, vibraciones y ritmos que forman un jardín. Juegan con la luz y los colores para realizar una propuesta denominada Las formas danzantes del paisaje del alma.

Carlos Díaz de Bustamante, autor de Jardín: Tiempo Sagrado, recrea un bosque minimalista en una sala en la que resuenan los trinos de los pájaros y el rumor de la tormenta. En un ambiente oscuro que resulta a la vez fantasmagórico y poderoso, el artista consigue reflejar en minúsculas piezas los colores y la intensidad de un jardín de otoño. 'Siempre he estado rodeado de bosques, forman parte de mi vida. Realizar esta obra ha sido un enorme placer', señaló Díaz de Bustamante.

Eduardo Mencos, por su parte, devuelve al visitante a la luz en un paisaje imaginativo, colorista y propio de los mejores cuentos de hadas. Flores de fino cristal iluminado que se prolongan hasta el infinito, gotas de agua de un tamaño irreal, mares de vidrio y árboles recubiertos de mismo material constituyen el inicio de su muestra. Al otro lado pueblan la sala misteriosas estructuras recubiertas de algas.

Pero los elementos que componen las distintas salas no son lo más importante. Lo que los artistas buscan es que aquellos que acudan a esta exposición exploren en su interior y encuentren cada uno su propio significado a esta muestra que inspira ante todo serenidad. 'Cada uno verá una cosa distinta en cada elemento de las salas. Lo que queremos es que los visitantes le encuentren su propio sentido', recuerda Tellerías, que añade que se trata de una muestra que requiere una cierta 'sensiblidad' para ser apreciada.

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Algunos de los elementos de la sala diseñada por las hermanas Pan de Soraluce suscitaron interpretaciones tan diversas como 'es una antena parabólica', 'es el sol' o 'es un altar budista'. 'El Botánico ha sido muy valiente al montar esta exposición que, ante todo, tiene una calidad impresionante', recuerda Díaz de Bustamante, quien ya ha expuesto su obra en otros espacios de reconocido prestigio como el Museo de Artes Decorativas.

El valor de la dirección del Jardín Botánico al montar esta muestra ha sido premiado con un éxito importante de público, del que da fe el hecho de que se hayan agotado los catálogos.

Asimismo, las notas dejadas por los visitantes en el libro de visitas de la exposición dan una idea de los sentimientos que ha despertado en los visitantes. 'Irrepetible', 'Enhorabuena', 'Maravillosa' y muchos 'Gracias'.

Jardines del alma. En el Jardín Botánico, hasta el 12 de noviembre. Plaza de Murillo, 2. De 10.00 a 18.00 horas. Precio. 1,20 euros.

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