VISTO / OÍDO

Precrimen

La película de Spielberg que se llama en neoespañol Minority report, aparte de las bellas imágenes futuristas, de Tom Cruise, de la actriz prodigio Samantha Morton y de un rodaje y un montaje extraordinarios, tiene una moraleja: en el 2052 hay un cuerpo de policía especial de 'precrimen' que detiene y condena a los culpables (una pena horrible: encapsulados para siempre) antes de cometer el delito. El autor está en contra porque puede haber 'un punto de contricción' o una circunstancia que evite el crimen previsto. Para ver el futuro se valen de unos medios entre altamente técnicos y an...

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La película de Spielberg que se llama en neoespañol Minority report, aparte de las bellas imágenes futuristas, de Tom Cruise, de la actriz prodigio Samantha Morton y de un rodaje y un montaje extraordinarios, tiene una moraleja: en el 2052 hay un cuerpo de policía especial de 'precrimen' que detiene y condena a los culpables (una pena horrible: encapsulados para siempre) antes de cometer el delito. El autor está en contra porque puede haber 'un punto de contricción' o una circunstancia que evite el crimen previsto. Para ver el futuro se valen de unos medios entre altamente técnicos y antiguos, como la médium o la imposición de manos, o el fondo de ojo. La realidad es que viene pasando desde que hay dictaduras o democracias disfrazadas, y se detiene a gente que se cree que puede delinquir. Es hoy, incluso, algo moral. Bush lo hace moral: quiere destruir Irak para que no tenga armas de destrucción masiva. Ha destruido Afganistán para capturar al supuesto culpable del crimen de Nueva York y no lo ha encontrado y ha dejado su fantasma recorriendo el mundo. El 'asesinato selectivo' de Israel, que sus nuevos feroces gobernantes van a empeorar, no cesa nunca, y el disparo de un misil asesinando a unos islamistas en Yemen añade la doctrina del derecho a la intervención preventiva en un país ajeno.

Putin ha castigado un precrimen: la suposición de que los chechenos iban a volar el teatro con los rehenes dentro ha lanzado un gas homicida que ha matado parte de los rehenes; a los asaltantes, inmovilizados, ha habido que terminarlos con un tiro en la sien. Mejor que el tiro de gracia, porque, juzgados, podían escapar a la pena de muerte, que está mal vista en Europa. Éste es un acto de la nueva moral: por eso lo han aprobado y enaltecido en este país el Gobierno y el Rey, de los que por lo tanto se puede esperar que abrevien asuntos de justicia y soslayen el garrote vil mediante la predicción del crimen. De momento, aquí tenemos las cárceles más llenas que nunca -salvo en el franquismo triunfante- quizá por la detención preventiva, y por la cara de los inmigrantes que son 'presuntos'. Este 'pre' es peligroso. (Ah, en la película misma es dudoso: su rara aplicación hizo que no se cometieran más crímenes en Washington; pero cuando se anuló ¿qué pasó? El autor no dice mucho).

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