Los secretos de 200 años de inventos en el país más innovador

Los inventores estadounidenses subrayan la necesidad de estimular a los niños

Fueron los padres y las madres de los inventos, y sus hijos fueron tan distintos como el propio ingenio: una máquina de diálisis para el riñón, el cable de fibra óptica, una vacuna contra la hepatitis, micrófonos en miniatura, una máquina lectora, la píldora para el control de la natalidad, el radar de alta resolución y un protector de tejidos.

Para celebrar su 200 aniversario, la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos reunió recientemente a 37 de los inventores más distinguidos de la nación para que hablaran del arte y el oficio de su trabajo. Entre estos miembros de la Galería...

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Fueron los padres y las madres de los inventos, y sus hijos fueron tan distintos como el propio ingenio: una máquina de diálisis para el riñón, el cable de fibra óptica, una vacuna contra la hepatitis, micrófonos en miniatura, una máquina lectora, la píldora para el control de la natalidad, el radar de alta resolución y un protector de tejidos.

Para celebrar su 200 aniversario, la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos reunió recientemente a 37 de los inventores más distinguidos de la nación para que hablaran del arte y el oficio de su trabajo. Entre estos miembros de la Galería de Inventores Nacionales, que reúnen cientos de patentes, había personas que trabajan para grandes empresas y universidades, y manitas que trabajan por su cuenta. Los inventos han hecho muy ricos a algunos de ellos, mientras que otros trabajan a sueldo o viven de su pensión.

El 52% del crecimiento de la nación desde la II Guerra Mundial viene de la innovación

Con independencia de su recompensa, todos seguían entusiasmados con el proceso creativo que produjo ideas tan originales, incluido el papel crucial que a veces desempeña un golpe de suerte. Pero según dijeron muchos de ellos en una mesa redonda sobre el futuro de los inventos, el gobierno y la sociedad también deberían actuar para asegurarse de que la innovación no aminora el ritmo. 'Siempre estamos justo al comienzo de la invención y la innovación', comentó Donald Keck, coinventor jubilado de la fibra óptica, que ha revolucionado las telecomunicaciones. Afirmó que la innovación es la piedra angular de la prosperidad en EE UU y que el gobierno debería prestar ayuda sostenida para fomentarla.

Richard M. Russell, de la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, que ayudó a moderar el debate, comentó que el 52% del crecimiento de la nación desde la II Guerra Mundial procedía de los inventos. Afirmó que, aparte de apoyar la investigación, el principal papel del gobierno a la hora de garantizar la continuidad de la innovación es promover una oficina de patentes fuerte y moderna. 'No tendremos inventos si no podemos proteger la propiedad intelectual', afirmó Russell.

La oficina de patentes ha emitido más de 6,3 millones de licencias desde su nacimiento, y concede 3.500 nuevas cada semana. La agencia, que forma parte de la Secretaría de Comercio, recibe más de 325.000 solicitudes anuales para patentar productos y procesos.

Al especular sobre el estado de la innovación durante el próximo siglo, varios inventores afirmaron que el futuro estaba en darle a los niños las herramientas para pensar de forma creativa y la motivación para inventar. Steve Wozniak, inventor del ordenador personal y cofundador de la empresa Apple Computer, comentó que de niño leía sobre inventores y quería convertirse en uno. La historia de cómo él y Steve Jobs armaron los primeros ordenadores Apple en un garaje de California es hoy una leyenda.

'Todo empieza con nuestros hijos', comentó Wozniak. 'Tienen que creer que pueden hacerlo, y que no es algo que sólo se consiga en grandes empresas. Ahora los niños oyen más hablar de empresas que inventan cosas que de particulares'.

Robert H. Rines, pionero en la tecnología del radar y sonar de alta definición, solicitó que la oficina de patentes revitalizara su departamento para los pequeños inventos. James E. West, miembro de los Laboratorios Bell de Lucent Technologies e inventor de la tecnología de electrodos laminares que se utiliza en el 90% de los micrófonos actuales, abogó por dar a los niños una sólida base en ciencia y matemáticas y un entorno creativo para fomentar la idea de inventar.

'Inventar es un arte', comentó West. 'Nuestras herramientas no son los pinceles, los lienzos ni las pinturas. Nuestras herramientas son las matemáticas y la física, y tenemos que enseñar a los niños a utilizarlas. Y eso nos lleva al papel que desempeñan los mentores para animarlos y orientarlos'.

West, que tiene 47 patentes, comentó que para que EE UU tenga éxito en el campo de la invención en el mundo competitivo, debe fomentar el ingenio de los grupos minoritarios y de la mujer. West, que es afroamericano, subrayó que el cónclave de 37 inventores era abrumadoramente blanco y masculino, con sólo dos mujeres presentes.

Donald Keck, inventor de la fibra óptica.ASSOCIATED PRESS

La necesidad de 'preparar' mentes curiosas

Patsy O. Sherman, que descubrió y desarrolló el tejido Scotchgard repelente de manchas mientras trabajaba como química para la compañía 3M, habló en la reciente reunión de inventores en Washington convocada por la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos de la necesidad de 'preparar' mentes curiosas. Comentó que el Scotchgard fue un descubrimiento accidental que surgió en 1953 cuando ella y un colega, Sam Smith, percibieron los resultados de un accidente trivial. Mientras intentaban desarrollar un material elástico resistente al deterioro por los combustibles de los aviones, cayeron unas gotas de un compuesto sobre las zapatillas nuevas de un ayudante. No había nada que pudiera limpiar el resistente compuesto caído sobre las zapatillas, y Sherman se dio cuenta de que tenían una sustancia que parecía hacer lo imposible: repeler tanto el agua como la grasa.'Una mente preparada se da cuenta cuando algo no va según lo esperado, y la observación estimula la curiosidad', dijo Sherman. 'Podemos animar y enseñar a los jóvenes a observar, a hacer preguntas cuando pasan cosas inesperadas', comentó. 'Podemos aprender a no ignorar lo imprevisto. Sólo tenemos que pensar en todos los grandes inventos que han sido resultado de la casualidad, como cuando Fleming descubrió la penicilina, y darnos cuenta de algo de lo que nadie se había dado cuenta antes'.

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