López-Amor renuncia a su cargo privado para 'evitar especulaciones'

Los diputados del Partido Popular Fernando López-Amor y Francisco Antonio González anunciaron ayer que renuncian a sus cargos en dos empresas privadas para los que habían solicitado y obtenido el visto bueno de la comisión del Estatuto del Diputado.

Ambos subrayaron públicamente que renuncian 'por voluntad propia' a esos puestos (en una empresa inmobiliaria López-Amor, y en otra de seguridad González) pese a estar convencidos de que la Ley de Incompatibilidades les ampara y de que 'cumplen' la legalidad. Los dos diputados decidieron no hacer uso de la autorización de la Cámara y dejar s...

Los diputados del Partido Popular Fernando López-Amor y Francisco Antonio González anunciaron ayer que renuncian a sus cargos en dos empresas privadas para los que habían solicitado y obtenido el visto bueno de la comisión del Estatuto del Diputado.

Ambos subrayaron públicamente que renuncian 'por voluntad propia' a esos puestos (en una empresa inmobiliaria López-Amor, y en otra de seguridad González) pese a estar convencidos de que la Ley de Incompatibilidades les ampara y de que 'cumplen' la legalidad. Los dos diputados decidieron no hacer uso de la autorización de la Cámara y dejar sus responsabilidades 'para evitar especulaciones'.

Fernando López-Amor fue durante al menos un año concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid a finales de los años ochenta, cuando militaba en el CDS y el alcalde era Agustín Rodríguez Sahagún, ya fallecido, antes de pasarse al PP y entrar como diputado nacional en el Congreso.

El cargo para el que pidió autorización a la Comisión del Estatuto del Diputado era el de miembro del consejo de administración de la inmobiliaria Chamartín, que desarrolla una intensa actividad en la capital de España.

'Cuando se cumple el principio de legalidad, no se puede hablar de ética, porque una ley puede ser buena, mala o regular, pero nunca es antiética. Lo que es legal no admite comparaciones de ética', aclaró López-Amor, quien destacó el hecho de que todos los grupos políticos, incluido el PSOE, apoyaron la compatibilidad de sus actividades.