La mayoría de los alumnos de secundaria no confía en los partidos políticos

La familia, por encima de todo: es lo más importante en la escala de confianza de los jóvenes que estudian secundaria, entre 12 y 18 años. Una encuesta a 4.620 alumnos revela además que el ejército y la Iglesia no son grandes referentes para ellos, pero menos aún las instituciones políticas (Parlamento y partidos), a la cola de sus preferencias. Por delante sitúan la educación, la sanidad y las ONG. El interés por los temas sociales ofrece algún dato preocupante: el trabajo, la amistad y el terrorismo ocupan los puestos más altos, pero en los últimos colocan el medioambiente y la emigración....

La familia, por encima de todo: es lo más importante en la escala de confianza de los jóvenes que estudian secundaria, entre 12 y 18 años. Una encuesta a 4.620 alumnos revela además que el ejército y la Iglesia no son grandes referentes para ellos, pero menos aún las instituciones políticas (Parlamento y partidos), a la cola de sus preferencias. Por delante sitúan la educación, la sanidad y las ONG. El interés por los temas sociales ofrece algún dato preocupante: el trabajo, la amistad y el terrorismo ocupan los puestos más altos, pero en los últimos colocan el medioambiente y la emigración.

Los estudiantes de secundaria son tolerantes y liberales con las opciones personales, pero se muestran más displicentes con los asuntos que afectan a la sociedad en su conjunto. La encuesta, elaborada en la comunidad de Madrid por el Instituto Idea con el patrocinio de la Fundación Hogar del Empleado, sirve igual para el resto del España. Así lo explicó ayer el catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación y ex secretario de Estado de Educación, Álvaro Marchesi, junto a Ricardo Lucena, autores de la encuesta.

¿En qué vuelcan su interés estos estudiantes? En el trabajo que tendrán en el futuro (87%), en la amistad y las relaciones (86%) y en el problema del terrorismo (84%). Las cifras comienzan a bajar para dejar en los últimos puestos de la escala al desempleo (57%) y al medio ambiente (54%). El último escalón es para la emigración, por la que muestran el menor interés (36%). Preguntados en concreto por la convivencia con compañeros de otras culturas, un 8,5% opina que los inmigrantes son una riqueza para el país y un 54% considera bueno que vengan, pero con control. El 37% restante ve la inmigración como un problema u opinan que no deben venir.

El 40% considera justo que los inmigrantes compartan aula con ellos pero reconocen que no les agrada mucho y un 5% afirma que, de ser así, se iría del colegio. Al 40% le gusta que haya inmigrantes en su clase.

Estos son los valores de los jóvenes. ¿De dónde los sacan? La mayor influencia en sus opiniones les llega de los padres (85%) y de los amigos (65%). La familia es, además, la institución en la que más confían los adolescentes (90%). En segundo y tercer lugar confían en la educación (58%) y la sanidad (54%). En los escalones más bajos sitúan al ejército y la Iglesia (22,3%), al Parlamento (11,2%) y a los partidos políticos (6,5%). 'Las instituciones políticas no merecen ninguna confianza entre los alumnos', afirman los autores. El 70% señala que los partidos políticos no le transmiten 'ninguna o poca' confianza (el 60% cuando se refieren al Parlamento). Sobre religión, los datos afinan: un 20% se declara no creyente y un 65% poco o nada practicante. El 14,8% atiende los mandatos de la Iglesia puntualmente. Un 52% afirma que la Iglesia fue relevante en el pasado para conseguir justicia social y el 21% que nunca fue relevante.

A los mayores de 14 años se les ha preguntado por su ideología: de izquierda se declara el 23% de los alumnos; de centro, el 52,8% y de derechas el 24%. Cuando se pregunta a los chicos por la democracia, un 33% afirma que es un régimen insustituible, pero hay un 30% que declara que sólo sirve si da solución a los problemas; a un 28% le es igual si el régimen es democrático o autoritario y un 8% considera a veces necesario el autoritarismo.

Sobre la construcción europea, sólo un 17,7% está a favor de una Europa fuerte; el resto le pone peros.