Trabajando en la ilegalidad
Es muy probable que si les hablo de un colectivo que aunque trabaja más de ocho horas diarias, no tiene derecho a subsidio por desempleo, no cotiza para una futura pensión, no está cubierto por la Seguridad Social y, por no tener, ni tiene derecho a una pensión por incapacidad en caso de que sufra un accidente en el trabajo, pensarán que este colectivo trabaja en la ilegalidad.
Pero no, no se engañen, este colectivo existe y no está fuera de la ley, lo forman el Personal Investigador en Formación y Perfeccionamiento (PIFP), mal llamados becarios.
Aunque tienen un papel fundamenta...
Es muy probable que si les hablo de un colectivo que aunque trabaja más de ocho horas diarias, no tiene derecho a subsidio por desempleo, no cotiza para una futura pensión, no está cubierto por la Seguridad Social y, por no tener, ni tiene derecho a una pensión por incapacidad en caso de que sufra un accidente en el trabajo, pensarán que este colectivo trabaja en la ilegalidad.
Pero no, no se engañen, este colectivo existe y no está fuera de la ley, lo forman el Personal Investigador en Formación y Perfeccionamiento (PIFP), mal llamados becarios.
Aunque tienen un papel fundamental en los equipos de investigación y firman como primeros autores cerca del 50% de la producción científica de este país, llevan más de dos años pidiéndole al Gobierno algo tan simple como poder disfrutar de esas prestaciones sociales como cualquier trabajador.
El próximo 25 de octubre, en Madrid volverán a pedir que se transformen las becas en contratos; esperemos que en esta ocasión el señor Zaplana y el señor Piqué, entre otros, se hagan eco de sus peticiones.