La derecha europea entierra su defensa de una Europa federal

Grandes diferencias entre el PP y los conservadores alemanes

La familia conservadora europea abandonó ayer oficialmente su tradicional defensa de un modelo federal para la UE pese a la dura resistencia de los socios alemanes. Los casi 900 delegados, siete primeros ministros entre ellos, del XV Congreso del Partido Popular Europeo (PPE), que ayer concluyó en Estoril (Portugal), aprobaron su documento Una Constitución para una Europa fuerte, en el que no se apuesta por modelo concreto alguno.

'Hemos renunciado al modelo clásico de los democristianos europeos', dijo al concluir el Congreso Jorge Moragas, responsable de política exterior del P...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La familia conservadora europea abandonó ayer oficialmente su tradicional defensa de un modelo federal para la UE pese a la dura resistencia de los socios alemanes. Los casi 900 delegados, siete primeros ministros entre ellos, del XV Congreso del Partido Popular Europeo (PPE), que ayer concluyó en Estoril (Portugal), aprobaron su documento Una Constitución para una Europa fuerte, en el que no se apuesta por modelo concreto alguno.

'Hemos renunciado al modelo clásico de los democristianos europeos', dijo al concluir el Congreso Jorge Moragas, responsable de política exterior del PP, porque al Grupo Popular europeo se han incorporado en los últimos años formaciones centristas y reformistas de distintos países que 'han diluido' el proyecto federal con el que soñaron los democristianos fundadores de la UE. En su primera página, el texto se refiere a una 'Europa federal', pero en su desarrollo desaparece toda referencia.

La pugna a favor y en contra de una Europa federal entre los españoles del PP y los democristianos alemanes se saldó ayer del lado de José María Aznar tras siete meses de tensión, aunque ahora se trasladará a la Convención sobre el futuro de Europa, y después, a la Conferencia Intergubernamental, prevista para 2003.

La primera versión del texto, elaborada en marzo por el alemán Wolfgang Schäubel y el belga Wilfried Martens, contenía tres elementos básicos del modelo federal: la transformación de la Comisión Europea en un Gobierno efectivo de la UE, la conversión del Consejo de la Unión en una segunda cámara parlamentaria y el refuerzo del Parlamento Europeo hasta llegar a elegir directamente al presidente de la Comisión.

Ahora, según el documento aprobado ayer, los populares quieren que el Consejo mantenga sus poderes ejecutivos y legislativos, ejercidos a través del peso de los Gobiernos, que sean los jefes de Estado y de Gobierno los que designen al presidente del Ejecutivo comunitario, aunque teniendo en cuenta 'los resultados' de las elecciones europeas, y que el Parlamento siga al margen de políticas fundamentales como la agrícola común o la estructural (fondos).

Una pugna agria

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El final de la pugna fue agrio. Elmar Brok, líder de los democristianos alemanes en el Parlamento Europeo, defendió en el pleno hasta el último momento algunas de las banderas más emblemáticas, y el español Moragas llegó a llamarle tres veces 'irresponsable' por poner en riesgo el pacto alcanzado semanas atrás por Madrid y Berlín. A cambio de que España renunciara a que el texto apostara explícitamente por crear la figura de un presidente de la Unión (la tesis de Aznar, Tony Blair, Silvio Berlusconi y Jacques Chirac), los alemanes eliminarían que el presidente de la Comisión lo designara directamente la Eurocámara, donde Alemania tendrá un enorme peso tras la ampliación (99 eurodiputados de un total de 732).

El texto final recoge una confusa referencia según la cual el Consejo 'debe tener una estructura interna, una dirección política eficaz e incrementar la visibilidad de la Unión y el peso de ésta en el mundo'. Para el PP español, la fórmula 'deja abierta la hipótesis del presidente de la UE'. Para Brok, 'el PPE renuncia a tener un presidente del Consejo'. Eso es lo que exigió que figurara en el texto final y originó la única gran bronca en el Congreso. Moragas tuvo que buscar la ayuda de otros líderes alemanes para amainar a Brok.

Otra de gran calado en España enfrentó a las dos formaciones españolas incluidas en el PPE, PP y Unió. Concepció Ferrer, de Unió, exigió la desaparición de la 'intangibilidad' de las fronteras interiores de los países de la UE, con el argumento de que 'es una obviedad que cualquier Estado soberano puede cambiar sus fronteras si así lo decide en un momento, como ocurrió con la separación entre Esvolaquia y la República Checa'. En la correspondiente comisión, la propuesta de Ferrer sólo fue votada por ella y su compañero de partido Enric Vendrell, y al final del Congreso Jorge Moragas calificó de 'lamentable, insolidaria, patética y ridícula' la actitud de sus compañeros catalanes.

En todo caso, la apuesta más clara y firme del PPE se concreta en una futura Constitución europea que incluya la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. Por eso, Íñigo Méndez de Vigo, eurodiputado del PP miembro del Presídium de la Convención, resumió así el Congreso: 'Hemos logrado un pacto refundador a favor de una Constitución europea ante la histórica ampliación de la UE'.

Sobre la firma

Archivado En