Crítica:

El otro extranjero

A principios de los ochenta, con motivo de la traducción al inglés de Los siete locos, un crítico del semanario Time no podía ocultar su incapacidad a la hora de encarar una reseña sobre esta novela de Roberto Arlt. '¿Cómo es posible que alguien escribiera así antes de Camus?', se preguntaba el pobre hombre. A 102 años de su nacimiento y a 60 de su muerte en Buenos Aires, la obra y la figura de Roberto Godofredo Christophersen Arlt siguen, por suerte, desconcertando gracias a su afán de fuga y a una rareza que atenta contra todo intento de encontrar su fórmula exacta. Sus ...

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A principios de los ochenta, con motivo de la traducción al inglés de Los siete locos, un crítico del semanario Time no podía ocultar su incapacidad a la hora de encarar una reseña sobre esta novela de Roberto Arlt. '¿Cómo es posible que alguien escribiera así antes de Camus?', se preguntaba el pobre hombre. A 102 años de su nacimiento y a 60 de su muerte en Buenos Aires, la obra y la figura de Roberto Godofredo Christophersen Arlt siguen, por suerte, desconcertando gracias a su afán de fuga y a una rareza que atenta contra todo intento de encontrar su fórmula exacta. Sus fotos tampoco ayudan: allí -en las más reproducidas e icónicas- aparece descaradamente moderno y atemporal y profético, con un mechón de pelo caído sobre la frente, mitad buen salvaje y mitad bestia pop, más delincuente satisfecho que literato comprometido. Sí: Arlt era y es -como corresponde a todo argentino medular- un extranjero absoluto.

CUENTOS COMPLETOS

Roberto Arlt Prefacio de Gustavo Martín Garzo Posfacio de David Viñas Losada. Madrid, 2002 821 páginas. 29,90 euros

Ricardo Piglia -quien invocó el fantasma para su magistral Nombre falso- precisó que Arlt es 'alguien que no es un clásico, alguien cuya obra no está muerta (...) Hasta ahora su estilo lo ha salvado de ir al museo: es difícil neutralizar esa escritura, no hay profesor que la resista'. Aparentemente, no hay peligro de que esta situación vaya a modificarse y, por tanto, Arlt -polimorfo y perverso- persiste en su funcionamiento y en hacer funcionar a otros, no importa la edad o el estilo. Juan Carlos Onetti lo consideraba el único escritor argentino al que podía calificarse de genial y 'el último tipo que escribió novela contemporánea en el Río de la Plata'. Guillermo Saccomanno lo utilizó como antihéroe trágico y enamorado de Eva Perón en su excelente novela Roberto y Eva. Pablo de Santis apuntó en las páginas de este suplemento que 'su nombre suena como una máquina de escribir en medio de la noche, que no sabemos de dónde viene, y cuyo ruido se infiltra en nuestras pesadillas o nuestro insomnio'. Julio Cortázar lo retrató como 'un Goya canyengue' y Jorge Luis Borges -quien lo compadeció 'por dejarse engañar por cualquier plan, por descabellado que fuera'- no se privó de homenajearlo o de parodiarlo con 'El indigno', relato incluido en El informe de Brodie.

Todo esto para precisar que

el Arlt freak -el supuesto 'casi analfabeto' educado a partir de pésimas traducciones de su héroe Dostoievski, el inventor loco de inventos más locos todavía, la fecunda bestia negra de redacción de diario, el dueño de la noche, el aficionado a las ciencias ocultas, el inspirador de más de un rocker porteño- continúa brindando materiales para el engrandecimiento del mito. Todo esto para explicar, también, que el Arlt literario -conocido aquí básicamente por las ediciones de Bruguera, Montesinos y Cátedra del díptico Los siete locos/Los lanzallamas y de la insuperable novela de iniciación delictiva El juguete rabioso- tiene todavía mucho para ofrecer al lector hispano. Prueba de ello es este libro -con el que la argentina Editorial Losada inaugura etapa ibérica- en el que se reúne toda su obra breve de ficción -aunque existía ya una edición de la Narrativa corta completa (Universidad de La Laguna)- y donde destacan los dos volúmenes de cuentos ordenados por el autor en vida: El jorobadito (1933) y El criador de gorilas (1941). El primero de ellos contiene elementos típicos del universo de Arlt -la locura, la traición, la caída, el grito, la risa, la pasión por el dinero, la estafa, el crimen, el castigo y una Buenos Aires 'rusificada' por la lectura de su autor favorito- repartidos en textos clave como Noche terrible, El traje del fantasma, El jorobadito, Escritor fracasado, Las fieras y la desgarrada historia de amor enfermo Ester Primavera. El segundo -que ya había aparecido en Alianza- surge a partir de un viaje de Arlt como corresponsal extranjero a España (país al que le dedicará toda una serie de sus célebres y exitosas aguafuertes periodísticas), Tánger y Marruecos. África lo fascina y se convierte en nuevo territorio para ficciones bizarras donde lo exótico -como apunta Viñas en el posfacio de estos Cuentos completos- aparece articulado con la opulencia, la falsedad y lo estrafalario de los filmes 'orientales' del Hollywood de entonces y el posmodernismo kitsch de ahora. Lo que no impide -otra vez el arltiano desconcierto- que el perfecto La factoría de Farjalla Bill Alí y su oración final -'las hormigas se lo comían vivo'- preanunciaran entonces buena parte del imaginario gótico y desértico del norteamericano Paul Bowles. Cuarenta y nueve cuentos más -dispersos en revistas, la mayoría escritos a toda velocidad para pagar deudas absurdas, a veces iluminadores, a veces opacos, siempre normales y mutantes al mismo tiempo- completan otro libro raro, inasible, perturbador, fuera de la ley y de las leyes supuestamente inquebrantables del tiempo: un libro de Roberto Arlt.

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