Palacio pone a Argelia frente a Marruecos como ejemplo de cooperación en el Magreb

Buteflika pide 'autodeterminación' para el Sáhara y rechaza el uso de la fuerza en Irak

A la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, 'ya le gustaría' que la cooperación de España con Marruecos fuera tan positiva como la de Argelia. Lo dijo ayer así, sin tapujos, refiriéndose al tema fundamental de la inmigración ilegal, pero en una intervención en la que destacó también la buena sintonía con Argel en materia de pesca o sobre el Sáhara Occidental, los otros dos temas que enturbian las relaciones de España con Rabat. La visita del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, comenzó en un clima de celebración del tratado de amistad que se firma hoy.

Ana Palacio se dirigió ...

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A la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, 'ya le gustaría' que la cooperación de España con Marruecos fuera tan positiva como la de Argelia. Lo dijo ayer así, sin tapujos, refiriéndose al tema fundamental de la inmigración ilegal, pero en una intervención en la que destacó también la buena sintonía con Argel en materia de pesca o sobre el Sáhara Occidental, los otros dos temas que enturbian las relaciones de España con Rabat. La visita del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, comenzó en un clima de celebración del tratado de amistad que se firma hoy.

Ana Palacio se dirigió a la prensa, junto a su colega argelino, Abdelaziz Beljadem, para expresar 'el espíritu de excelente cooperación' que constataron durante su primer encuentro, pese a que el repaso de la política internacional realizado por ambas delegaciones puso de manifiesto disonancias. 'La colaboración con el Gobierno argelino en materia de inmigración es muy satisfactoria, y ya le gustaría al Gobierno español poder decir que tiene el mismo nivel de colaboración, de cooperación, de buena política constructiva con otros países de la zona para poner fin al drama humano que se desarrolla día tras día en el Estrecho' de Gibraltar, dijo la ministra.

La referencia en negativo a Marruecos era suficientemente explícita, dado que Palacio ha reiterado que el tema de la inmigración ilegal es para ella el más importante de los que quiere tratar con el vecino conflictivo. Pero, además, la ministra tuvo un lapsus, y habló de 'pequeña colonia marroquí muy integrada en España' hasta que Beljadem le advirtió de que probablemente quería decir colonia argelina. '¿En qué estaría yo pensando? Precisamente... algún problema que tenemos', se disculpó Palacio.

La ministra, que subrayó que el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación que se firma hoy 'sitúa las relaciones con Argelia en el nivel más alto que tiene España con otros países', explicó que había hablado con su colega sobre todo de los proyectos por impulsar, como un segundo oleoducto proyectado, entre Argelia y Almería, o una interconexión eléctrica con una potencia de 2.000 megawatios. El asunto de la pesca ocupó menos tiempo 'porque está funcionando satisfactoriamente', según Palacio.

Beljadem, por su parte, constató una buena sintonía incluso en relación con el problema del Sáhara, en función de las conversaciones que los dos ministros mantuvieron a mediados del mes pasado durante la Asamblea de la ONU en Nueva York, ya que ayer no lo abordaron. No obstante, el argelino reclamó ante los periodistas 'el derecho de autodeterminación' de los saharauis, en tanto que Palacio se limitó a auspiciar una solución del problema en el marco de la ONU.

Autodeterminación

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Las diferencias en materia internacional quedaron más patentes en los discursos que Buteflika y el rey Juan Carlos pronunciaron anoche. El presidente argelino, que estuvo en 1999 en Marbella para visitar al rey Fahd de Arabia Saudí y también en Formentor para asistir al Foro Mediterráneo, y el año pasado en Valencia y Madrid para firmar el Acuerdo de Asociación de su país con la UE, realiza ahora la primera visita de Estado de un líder de su país a España desde 1985.

Buteflika almorzó ayer en privado con los reyes en La Zarzuela, presidió por la tarde un seminario con empresarios españoles e hizo un brindis en el Palacio Real durante la cena de gala que le ofrecieron los reyes.

Ahí dijo que el Sáhara merece 'una solución que consiga el acuerdo de las partes y respete el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui'. Don Juan Carlos sólo mencionó, en cambio, la necesidad de 'una voluntad decidida entre las partes', ya que España daría en principio por buena cualquier solución aceptada por el Frente Polisario.

Más notable fue la discordancia sobre Irak, problema al que el Rey no se refirió. El presidente argelino rechazó 'el uso inconsiderado de la fuerza' y estimó que 'toda acción militar sería ruinosa'. El presidente del Gobierno, José María Aznar, se ha mostrado dispuesto a apoyar incluso un acción unilateral de EE UU.

En relación con el terrorismo, tema considerado en el acuerdo de cooperación judicial que ayer firmaron Palacio y Beljadem, el presidente Bouteflika denunció el empeño de Israel en equiparar a la 'resistencia palestina' con ese fenómeno criminal y alabó 'los esfuerzos de España' en apoyo del pueblo palestino. Pero destacó, sobre todo, que 'Argelia está ahora recuperándose y dedicándose a reconstruir su sociedad' tras más de doce años de terror. El Rey elogió el compromiso de su huésped con la libertades políticas y con 'el respeto de los derechos humanos'.

Amnistía Internacional ha pedido a Aznar que, cuando se entreviste hoy con Buteflika, se interese por la suerte de 4.000 desaparecidos desde 1993 tras ser detenidos, por los 200 muertos al mes que se siguen registrando en Argelia y por los obstáculos que se pone a la labor investigadora de los organismos internacionales.

El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, con los Reyes, antes de almorzar en La Zarzuela.EFE

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