El cierre de 29 puertos en EE UU fuerza a Toyota a paralizar una planta

La economía pierde 1.000 millones diarios por el conflicto entre la patronal y los estibadores

El cierre de los puertos de la costa oeste de EE UU ya empieza a tener efectos visibles sobre la economía. La planta de montaje conjunta que Toyota y General Motors tienen a unos 30 kilómetros del puerto californiano de Oakland estaba ayer parada ante la falta de elementos básicos, y distintas compañías de ferrocarril han cancelado los trenes de mercancías al Oeste. Mientras, un grupo de gobernadores de estados agrícolas se preparan para pedir al presidente George Bush que recurra a la ley para forzar la apertura de los puertos.

La paralización en la planta de New United Motor Manufactu...

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El cierre de los puertos de la costa oeste de EE UU ya empieza a tener efectos visibles sobre la economía. La planta de montaje conjunta que Toyota y General Motors tienen a unos 30 kilómetros del puerto californiano de Oakland estaba ayer parada ante la falta de elementos básicos, y distintas compañías de ferrocarril han cancelado los trenes de mercancías al Oeste. Mientras, un grupo de gobernadores de estados agrícolas se preparan para pedir al presidente George Bush que recurra a la ley para forzar la apertura de los puertos.

La paralización en la planta de New United Motor Manufacturing (NUMMI), el nombre de la cooperación Toyota-GM en California que fabrica unos mil coches diarios, es la primera de las grandes que se produce en EE UU a consecuencia del cierre portuario decretado por la patronal el pasado domingo, una medida que la propia patronal estima cuesta diariamente mil millones a la economía de EE UU. Los gestores de NUMMI están considerando la posibilidad de transportar por vía aérea las piezas necesarias para mantener en marcha la planta, aunque sea con menor capacidad. Lo mismo hace Ford, que importa casi 400 piezas usadas en una decena de plantas en EE UU y Canadá y dice que la próxima semana tomará una decisión. Honda ya ha empezado a recibir por esa vía el 5% de equipamiento fabricado en Japón que contienen sus vehículos americanos. Nissan tiene paralizados en los puertos un par de modelos nuevos totalmente producidos en Asia. Los coreanos Hyundai y Kia importan el 100%.

Los fabricantes recurrirán a los aviones como último recurso, dado el encarecimiento de entre 300 y 600 dólares que este transporte de piezas puede suponer por cada turismo. La otra cara de esta crisis en el sector del automóvil la presenta Chrysler, muy poco dependiente de la importación asiática y que podría sacar partido a la prolongación de la huelga.

Sería de los pocos beneficiados. Un responsable de la cadena de decoración y complementos para el hogar Crate & Barrel habla ya de desastre económico si el cierre se extiende una semana más, en particular en vísperas de la temporada de regalos por antonomasia. Transportistas y comerciantes de productos electrónicos también se han visto afectados, lo mismo que quienes negocian con productos agrícolas y perecederos.

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