La violencia empaña las elecciones en Cachemira

La violencia separatista de los radicales islámicos se cobró ayer otras 13 vidas en el convulsionado Estado indio de Cachemira, donde el Gobierno central se ha empeñado en celebrar unos comicios contestados por la mayoría islámica y sobre todo por los extremistas que pretenden la ruptura de los lazos con Nueva Delhi. El martes se celebró la tercera fase de las elecciones con el sangriento saldo de 18 personas muertas.

Entre los muertos de ayer se cuentan cinco policías fronterizos, que perdieron la vida al estallarles una mina cuando patrullaban por Tral, una ciudad situada unos 40 kiló...

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La violencia separatista de los radicales islámicos se cobró ayer otras 13 vidas en el convulsionado Estado indio de Cachemira, donde el Gobierno central se ha empeñado en celebrar unos comicios contestados por la mayoría islámica y sobre todo por los extremistas que pretenden la ruptura de los lazos con Nueva Delhi. El martes se celebró la tercera fase de las elecciones con el sangriento saldo de 18 personas muertas.

Entre los muertos de ayer se cuentan cinco policías fronterizos, que perdieron la vida al estallarles una mina cuando patrullaban por Tral, una ciudad situada unos 40 kilómetros al sur de Srinagar la capital del Estado. En otro ataque, perpetrado supuestamente por militantes islámicos en el distrito fronterizo con Pakistán de Kupwara, murieron tres miembros del partido gobernante.

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Los grupos radicales Hizbul Muyahidin y Al Medina parecen estar detrás de estos dos ataques, así como de la bomba que hizo explosión al paso de un autobús de peregrinos hindúes. Al menos dos de ellos resultaron muertos y otros 22 heridos de diversa consideración.

India considera las elecciones que acaban de concluir como un método para legitimar su control sobre el único Estado de mayoría musulmana de la Unión y como una prueba de la voluntad de Pakistán de impedir que militantes islámicos crucen a la Cachemira india para unirse a la revuelta separatista. Según Nueva Delhi, las infiltraciones han aumentado.

India y Pakistán, dos países que poseen bombas atómicas, estuvieron en junio pasado muy cerca de un enfrentamiento de grandes dimensiones. Los choques a lo largo de la frontera común causaron decenas de muertos. Ambos países estacionaron cerca de un millón de soldados en sus respectivas fronteras. Después de un mes de relativa calma, anoche se produjo un fuerte intercambio de disparos de artillería.

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El viceprimer ministro indio, Lal K. Advani, aseguró que India no está dispuesta a hacer frente al terrorismo procedente de Pakistán y no piensa esperar a que otro país declare que ése es un 'Estado terrorista'.

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