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Palomas al vuelo

Entre el 1 de octubre y el 20 de noviembre, aproximadamente, unos tres millones de palomas migratorias cruzarán los Pirineos occidentales desde Francia, camino de los encinares del suroeste ibérico. En esas fechas, ecologistas, amantes de la naturaleza y también cazadores aguardan el paso de las bandadas, que con frecuencia eligen el valle navarro del Bidasoa para entrar en España. Uno de los mejores miradores para disfrutar de este espectáculo natural son las llamadas Palomeras de Etxalar, a unos ocho kilómetros del pueblo del mismo nombre, sobre el cordal que separa ambos países.

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Entre el 1 de octubre y el 20 de noviembre, aproximadamente, unos tres millones de palomas migratorias cruzarán los Pirineos occidentales desde Francia, camino de los encinares del suroeste ibérico. En esas fechas, ecologistas, amantes de la naturaleza y también cazadores aguardan el paso de las bandadas, que con frecuencia eligen el valle navarro del Bidasoa para entrar en España. Uno de los mejores miradores para disfrutar de este espectáculo natural son las llamadas Palomeras de Etxalar, a unos ocho kilómetros del pueblo del mismo nombre, sobre el cordal que separa ambos países.

La mayor afluencia se produce, habitualmente, entre el 15 de octubre y el 10 de noviembre; sin embargo, cada año es diferente y las posibilidades de ver gran cantidad de animales están supeditadas a la temperatura, el viento y la suerte. Si el viento predominante es del sureste, por ejemplo, lo normal es que las palomas se alejen de las montañas y pasen cerca del mar. Por el contrario, si la jornada es propicia, es fácil avistar miles de aves sobrevolando las llanuras y el pie de monte francés, pasar sobre nuestras cabezas y alejarse hacia el Sur con su infatigable aleteo.

Desde hace siglos, los habitantes de Etxalar han aprovechado la llegada de las palomas como si se tratara de un maná y han ingeniado un complejo sistema de caza con red que atrae a muchos curiosos. Al punto de la mañana, los palomeros se encaraman en torres de madera cercanas a los pasos más propicios. En las hayas y robles más altos han instalado enormes redes. Cuando llegan las bandadas, azuzan a las aves agitando trapos blancos atados a un palo y paletas de madera del mismo color que las palomas confunden con el blanco pecho del azor, su depredador. Así, los animales entran en la trampa y se convierten en materia prima para una rica gastronomía.

En plena montaña, a pie mismo de las palomeras, el restaurante Usotegui (948 63 50 78) ofrece diversas formas de preparar esta ave, al horno o guisada con salsa de verduras y vino, por unos 20 euros. Y el tercer domingo de octubre se celebra el día de la paloma.

- Información en el Ayuntamiento de Etxalar (948 20 65 40).

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