Crónica:Liga de Campeones | FÚTBOL

El Valencia arrolla al Liverpool

El conjunto de Benítez despacha al inglés en una primera parte primorosa

El Valencia ha establecido una mística muy depurada con esta competición de la que parece imposible apearlo. Está invicto en Mestalla y no es casual en absoluto. Practica un fútbol extraordinario. Repleto de pasión, de convencimiento y de clase. Marcó dos golazos como pudo marcar cuatro. Testigo fue ayer el histórico y rutilante Liverpool, caricaturizado por el cuadro español. O por sí mismo, porque este Liverpool de Houllier viene ya racaneando mucho tiempo sin que nadie lo hubiera puesto donde merecía. Hasta ayer.

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El Valencia ha establecido una mística muy depurada con esta competición de la que parece imposible apearlo. Está invicto en Mestalla y no es casual en absoluto. Practica un fútbol extraordinario. Repleto de pasión, de convencimiento y de clase. Marcó dos golazos como pudo marcar cuatro. Testigo fue ayer el histórico y rutilante Liverpool, caricaturizado por el cuadro español. O por sí mismo, porque este Liverpool de Houllier viene ya racaneando mucho tiempo sin que nadie lo hubiera puesto donde merecía. Hasta ayer.

El cuadro de Benítez arrolló al Liverpool en una primera parte primorosa. Insuperable en intensidad, en calidad y en ambición. Coronada con dos grandes goles, el primer de ellos para guardar en la memoria. Un tanto paradigmático de esa paciencia en la elaboración, de ese gusto por la técnica y por la precisión en el pase que tan lejos han llevado en Europa a los conjuntos españoles. Una jugada de tiralíneas iniciada en la derecha del ataque y que pasó por Curro Torres, Rufete, Albelda, Baraja y Aimar. Siempre con el balón por el suelo, silbando, a fin de burlar a la poblada defensa inglesa, que quedó petrificada. ¡Y quién mejor que Aimar para culminar esta obra maestra! El pibe disparó cruzado y también raso ante el meta Dudek y, como no es un goleador, no podía creérselo. Salió enloquecido Aimar porque sabía que el gol iba a dar la vuelta al mundo.

VALENCIA 2| LIVERPOOL 0

Valencia: Cañizares; Curro Torres, Ayala, Pellegrino, Carboni; Rufete (Angulo, m. 75), Albelda (De los Santos, m. 86), Baraja, Vicente; Aimar (Mista, m. 71); y Carew. Liverpool: Dudek; Carragher, Diao (Cheyrou, m. 46), Hyypia, Traore; Murphy (Baros, m. 76), Gerrard, Hamann, Riise; Heskey y Diouf (Owen, m. 46). Goles: 1-0. M. 20. Jugada de tiralíneas entre Albelda, Baraja y Aimar, que remata este último cruzado a gol. 2-0. M. 39. Carew para con el pecho el balón, se lo cede a Baraja y éste marca de disparo colocado. Árbitro: Herbert Fandel (alemán). Expulsó a Hamann (m. 78) por doble tarjeta amarilla. Amonestó a Traore, Pellegrino, Baraja y Mista. Estadio de Mestalla: 40.000 espectadores. Primera jornada de la Liga de Campeones. Grupo B

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El Valencia tenía a media docena de hombres embriagados de fútbol. Rufete, por ejemplo, se puso a recortar por la banda derecha, a frenar y a pasar, convirtiendo a Traore en un mero pivote defensivo. Parecido es lo que logró Vicente por la izquierda mientras Albelda, en el centro, impuso su potencia sobre dos superdotados físicos: Gerrard y Hamann. Unos metros más adelante, ahí donde realmente se encuentra cómodo, Baraja fue el de las grandes citas, siempre dispuesto a aparecer en los momentos de la verdad. Como en el del segundo tanto de la noche. Ahí un Carew mejoradísimo le dio un regalo que no podía rechazar. El noruego paró el balón con el pecho y se lo cedió a Baraja, que venía de cara. ¿Qué hizo? Calibró las posibilidades de marcar en décimas de segundo. Se pegó el balón a la bota, avanzó unos metros, giró un poco por aquí y un poco por allá, hasta que encontró el hueco. Entonces colocó el esférico en la red.

¡Ay, si Bill Shankly levantara la cabeza! No le gustaría ni un pelo este Liverpool tan predispuesto a defenderse, a pegar patadas y a perder tiempo. Más allá de un remate de Heskey al palo, pasó toda la primera parte escondido, sin decir ni mu. Sintiendo en la nuca el aliento de Ayala, muy superior tanto a Diouf como a Heskey. El central argentino es un gigante en la Liga de Campeones y no necesita recurrir a los codos para ofrecer su inverosímil capacidad para el juego aéreo. En la segunda parte, Houllier le cambió la pareja de baile al dar entrada a la estrella Owen. Se reeditaba así el duelo del Mundial de Francia 98, en el que había vencido el niño prodigio inglés. Pero ayer fue otra historia. No pasa Owen por sus mejores días y Ayala, en cambio, va sobrado.

Casi por ley natural, el Valencia bajó el ritmo en el segundo tiempo: se había vaciado en el primero. Y el Liverpool hubo de salir de su caparazón. Y, claro, se vio qué poco preparado está para la creación. Ahora era el Valencia el que no necesitaba llevar el peso del encuentro. Así que se dedicó a juguetear con la impaciencia inglesa, para lo que Aimar es un maestro consumado. Eso sí, si la cosa se ponía fea, Carboni, Ayala y Pellegrino, tres colosos, se empleaban con una contundencia muy disuasiva. Mediada la segunda parte, Benítez se permitió el lujo de dar descanso a dos de sus artistas: Aimar, que recibió una ovación emocionante, y Rufete. El técnico, como Mestalla, había tenido suficiente.

Jugadores del Valencia celebran el gol de Baraja, el segundo del equipo español.JOSÉ JORDÁN

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