Reportaje:AULAS

Un duro camino hacia la incógnita

35 alumnos superan en Málaga las pruebas de acceso al grado superior de Danza sin conocer el número de plazas

Las pruebas de acceso al grado superior de Danza tocan a su fin. Un total de 35 alumnos han superado las dos pruebas iniciales y podrán aderezar sus aptitudes hoy con un último ensayo voluntario en el que disertarán con el tribunal acerca de las especialidades que se impartirán desde el próximo curso: Coreografía y Pedagogía. Se trata del último de tres ejercicios a los que los aspirantes han acudido buscando una meta cuanto menos difusa, ya que, a día de hoy, aún desconocen el número de plazas disponibles, las asignaturas, los profesores o el día que empiezan las clases en el último escalafón...

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Las pruebas de acceso al grado superior de Danza tocan a su fin. Un total de 35 alumnos han superado las dos pruebas iniciales y podrán aderezar sus aptitudes hoy con un último ensayo voluntario en el que disertarán con el tribunal acerca de las especialidades que se impartirán desde el próximo curso: Coreografía y Pedagogía. Se trata del último de tres ejercicios a los que los aspirantes han acudido buscando una meta cuanto menos difusa, ya que, a día de hoy, aún desconocen el número de plazas disponibles, las asignaturas, los profesores o el día que empiezan las clases en el último escalafón de esta disciplina. Los grados elemental y medio comienzan las clases el próximo lunes.

La obtención de la sede para el único tramo del grado superior de danza en Andalucía enfrentó antes del verano a Sevilla, Córdoba y Málaga. La Consejería de Educación apostó por las modernas instalaciones de Málaga. La decisión no le hizo gracia, entre otros, a Ana Rosa Perozo, de 19 años. Esta estudiante de 3º de Pedagogía en la Universidad de Sevilla es una de las siete personas que superaron el grado medio el año pasado en la capital andaluza. El resto de sus compañeros han probado suerte en Madrid. Ella espera obtener plaza en Málaga para intentar trasladar su expediente universitario y culminar así su formación lejos de su ciudad.

Como Ana Rosa, la mayoría femenina de esta especialidad comenta con amargura cómo las escasas salidas de esta profesión pasan por la obtención del grado superior, que equivale a una licenciatura universitaria. Por eso, la prueba ha congregado a alumnos de todas partes de Andalucía y de otras comunidades.

El elenco de candidatos es de lo más variopinto. Muchos de los alumnos no acreditan conocimientos oficiales de la disciplina, otros provienen del antiguo plan de estudios, los menos han superado el grado medio adaptado a la LOGSE, mientras que los más autodidactas han acudido a las pruebas sin ni siquiera el título de bachillerato.

Los aspirantes conocen las dificultades de un mundo apto para unos pocos en el que es difícil ganarse un hueco en las grandes compañías. Es lo que opina Ana María Tineo, que tiene 29 años y que trabaja como administrativa y como profesora de danza en un colegio. Las mismas dificultades observa María del Carmen Triguero, que a sus 23 años ha concluido un ciclo formativo de informática. Aunque lejos de los grandes teatros, esta malagueña ha tenido suerte y baila por las noches en un casino. No es el caso de Belén González que, con 27 años, espera simultanear la danza con sus estudios de Empresariales y su empleo en un centro comercial.

Los alumnos también se han quejado de la falta de especificación de las pruebas teóricas y prácticas, especialmente de una en la que reciben una clase y han de emular los movimientos de un profesor. La directora del Conservatorio Profesional de Danza de Málaga, Esperanza Utrera, no opina igual y esgrime el porcentaje de aprobados (casi un 60%).

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Pronto se conocerá la puntuación total de los aspirantes que, aún así, seguirán sin saber si tienen plaza.

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