Los divorcios y separaciones se disparan en la capital al aumentar un 20% sobre 2001

Los ocho juzgados de familia de la capital no dan abasto de trabajo. Los casos de divorcios y separaciones registrados entre enero y julio de este año se han disparado, ya que han aumentado casi un 20% respecto al mismo periodo de 2001, según datos facilitados por fuentes judiciales. La infidelidad, el maltrato físico y psicológico y la incompatibilidad de caracteres de la pareja son las causas que más esgrimen éstas para romper sus vínculos. 'Cada juzgado de familia de Madrid está registrando anualmente el doble que uno normal', destacan fuentes de los juzgados de la plaza de Castilla.
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Los ocho juzgados de familia de la capital no dan abasto de trabajo. Los casos de divorcios y separaciones registrados entre enero y julio de este año se han disparado, ya que han aumentado casi un 20% respecto al mismo periodo de 2001, según datos facilitados por fuentes judiciales. La infidelidad, el maltrato físico y psicológico y la incompatibilidad de caracteres de la pareja son las causas que más esgrimen éstas para romper sus vínculos. 'Cada juzgado de familia de Madrid está registrando anualmente el doble que uno normal', destacan fuentes de los juzgados de la plaza de Castilla.

Las causas por las que se han disparado las desuniones matrimoniales en los primeros meses del año son diversas. Vicente José Ibáñez, psicólogo del Juzgado de Familia 22 de Madrid, cree que este aumento puede obedecer en parte a 'razones técnicas o conyunturales'; es decir, a la entrada en vigor de la nueva Ley de Enjuicimiento Civil, vigente desde enero del año pasado.

Aunque hay abogados que discrepan, en teoría esta ley agiliza los procesos de separación o divorcio, los hace más rápidos y menos costosos. Por ello, Ibáñez opina que lo que ha podido ocurrir es 'que algunos abogados hayan esperado a la entrada en vigor de la ley para presentar las demandas de sus clientes o bien que se hayan retirado otras que estaban en curso con la anterior ley y se hayan vuelto a presentar ahora de acuerdo con la nueva normativa'.

Otra psicóloga de los juzgados de familia de Madrid apunta que el maltrato psicológico y físico y la infidelidad son dos de las causas más esgrimidas en las rupturas conyugales. 'Son pocas las parejas que deciden separarse por discrepancias en la educación de los hijos', sostiene.

Según esta psicóloga, la mayoría de las rupturas afectan a parejas jóvenes recién desposadas. Y lo curioso es que, en estos casos, ambos cónyuges suelen volver a casarse rápido y a divorciarse por segunda vez 'aún más rápido', lo que, según la citada psicóloga, denota que 'a veces se actúa con precipitación y se vuelve a caer en los mismos errores, y sin pensar en exceso en los hijos'. 'En las parejas que llevan 14 o 15 años conviviendo las rupturas matrimoniales son más infrecuentes', destaca.

Rupturas de mutuo acuerdo

Según la estadística de los juzgados de lo civil de la plaza de Castilla, la mayoría de las parejas que optan por la separación o el divorcio lo hacen de mutuo acuerdo. De esta forma, además de ahorrarse dinero en abogados, es la pareja la que, bajo supervisión del juez, fiscal y el psicólogo, decide cómo será su futuro y el de los hijos. Si hay acuerdo, lo normal es que ambos cónyuges usen a un mismo abogado. Legalmente, la separación es un paso previo al divorcio. Éste sólo se puede solicitar tras dos años de separación.

De las 5.447 parejas que se han desunido en la capital desde el pasado enero, 3.251 de ellas lo han hecho de mutuo acuerdo; y 2.196, con discrepancias, lo que obliga al juez a intervenir directamente en el proceso y a dirimir los puntos de desacuerdo. El año pasado, de las 4.435 rupturas registradas entre enero y julio, 2.793 fueron de mutuo acuerdo y 1.642 conflictivas.

Un divorcio conflictivo es aquél en el que la pareja acude al juez para que sea éste quien resuelva sus discrepancias. En consecuencia, generan más gastos en minutas de abogados. 'Cuanto más escritos presentan los abogados, más cuesta la minuta', afirma Ibáñez, quien echa de menos la existencia de una institución mediadora que asesore a la pareja y le permita abaratar y facilitar el proceso de separación y divorcio. Cuando hay conflicto, el papel del juez es velar porque los hijos queden amparados.

Medidas provisionalísimas

También ha aumentado la adopción de medidas provisionalísimas, las que toma el juez de familia justo en el momento en que la pareja decide separarse o divorciarse. Estas medidas tienen un carácter provisional y conciernen a la custodia de hijos y alimentos; y además concretan quién de los dos cónyuges debe abandonar el hogar conyugal. El juez de familia se ve obligado a adoptar medidas provisionalísimas cuando la ruptura en la pareja es fulminante y conflictiva. En lo que va de año, los ocho jueces de familia de la capital han adoptado 289 medidas provisionalísimas, frente a las 240 que ordenaron en el mismo periodo del año pasado. Los incumplimientos de las medidas que adopta el juez suelen ser frecuentes.