MERCADOS

Vuelve la desconfianza

La incertidumbre económica y la corrupción frenan las alzas

La Bolsa española ha perdido el 2,34% en esta última semana, según el Ibex 35, lo cual no ha impedido que agosto, con un avance del 2,98%, se convierta en el mejor mes de un ejercicio que está resultando pésimo para la inversión, puesto que este mismo indicador acumula una caída anual del 23,36%.

Todas esas cifras muestran claramente el desconcierto que impera en los mercados de valores, pero también indican que en las últimas semanas se está produciendo una especie de 'aterrizaje suave' en las cotizaciones, algo así como una consolidación de posiciones en un nivel que pudiera servir de...

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La Bolsa española ha perdido el 2,34% en esta última semana, según el Ibex 35, lo cual no ha impedido que agosto, con un avance del 2,98%, se convierta en el mejor mes de un ejercicio que está resultando pésimo para la inversión, puesto que este mismo indicador acumula una caída anual del 23,36%.

Todas esas cifras muestran claramente el desconcierto que impera en los mercados de valores, pero también indican que en las últimas semanas se está produciendo una especie de 'aterrizaje suave' en las cotizaciones, algo así como una consolidación de posiciones en un nivel que pudiera servir de referencia para lo que queda del año.

En algunas sesiones el mercado ha mostrado signos de recuperación que, en la mayoría de los casos, eran achacables al bajo nivel de las cotizaciones, pero esos tanteos a la solidez de los precios se han venido abajo con estrépito en cuanto se han reproducido los síntomas que han llevado a las bolsas a esta situación, a saber, debilidad de la economía y nuevos casos de irregularidades contables en manos del fiscal o de la SEC, la Comisión de Seguridad del Mercado estadounidense.

Los bandazos han sido importantes y euforia y pesimismo han ido de la mano, incluso en la misma jornada, provocando un fuerte incremento de la volatilidad. La rapidez con que se toman posiciones y se deshacen indica que la inversión a corto está muy pendiente de los valores, pero también que nadie está dispuesto a quedarse con el papel de un día para otro, al menos por el momento.

La inversión menos inestable, que busca buenas ocasiones incluso a través de la rentabilidad por dividendos, se deja llevar con facilidad por los movimientos a corto, sobre todo porque suelen ser muy bruscos y restan valor a la inversión en cuestión de minutos.

Las oscilaciones del precio de los dos grandes bancos españoles y Telefónica en esta semana son un buen ejemplo de los vaivenes del mercado y de la dificultad de definir un nivel razonable para las cotizaciones.

Los inversores se encontraron en sólo dos días con dos datos que han marcado la trayectoria de los mercados. El primero fue la caída de la confianza de los consumidores en el mes de agosto en Estados Unidos, la tercera consecutiva, y el otro el descenso de la confianza empresarial en julio en Alemania, también el tercero consecutivo. La falta de confianza es contagiosa y, sobre todo, cuando aparecen nuevos casos de irregularidades contables y alguna empresa tecnológica de primera línea revisa a la baja sus previsiones de beneficios y anuncia más despidos.

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