Reportaje:

El bisturí se queda sin vacaciones

Un grupo de médicos y enfermeros usa sus vacaciones para atender enfermos en Guatemala

Una apuesta por la solidaridad. Un equipo de 11 médicos, casi todos cirujanos, y una quincena de enfermeros que trabajan en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y en otros centros de Andalucía partieron ayer hacia la ciudad de Antigua Guatemala (Guatemala) para desarrollar una campaña de intervenciones quirúrgicas dentro de las actividades de la ONG Ibermed (Médicos con Iberoamérica). Desde hace siete años, Estos profesionales de la sanidad emplean la mayor parte de sus vacaciones en atender de forma altruista a los pacientes del país centroamericano.

Esta ONG surgió en 1996 por ini...

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Una apuesta por la solidaridad. Un equipo de 11 médicos, casi todos cirujanos, y una quincena de enfermeros que trabajan en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y en otros centros de Andalucía partieron ayer hacia la ciudad de Antigua Guatemala (Guatemala) para desarrollar una campaña de intervenciones quirúrgicas dentro de las actividades de la ONG Ibermed (Médicos con Iberoamérica). Desde hace siete años, Estos profesionales de la sanidad emplean la mayor parte de sus vacaciones en atender de forma altruista a los pacientes del país centroamericano.

Esta ONG surgió en 1996 por iniciativa de Fernando Portillo -uno de los que ahora viajan a Guatemala y ahora presidente de Ibermed- que realizó entonces un largo viaje por ese país y comprobó sus graves carencias. Trajo consigo muchas fotografías. Denuncias vivas de una situación de profundo subdesarrollo: hambre, falta de infraestructuras y pobreza, mucha pobreza.

Portillo se propuso regresar al año siguiente rodeado de un buen equipo de médicos para 'echar una mano' a los necesitados. Desde entonces, estos médicos sacrifican cada verano sus vacaciones, su tiempo de descanso, para operar a pacientes de Guatemala. Aunque son conscientes de que con la medicina no se arreglan los múltiples problemas de estos pueblos, están seguros de que la ayuda que prestan es muy grande. E importante.

En un lugar donde no se conoce aún la medicina moderna y en el que miles de personas mueren cada año por un simple ataque de apendicitis, como relataban ayer, poco antes de salir, las manos de estos profesionales se convierten en alientos de vida.

Guatemala y Ecuador

Ibermed desarrolla desde 1996 dos programas en Guatemala y otro en Ecuador basados en intervenciones quirúrgicas y de nutrición. 'Operamos a pacientes que puedan darse de alta el mismo día o en un máximo de 48 horas', explicó ayer Javier Ocón, cirujano onubense y socio fundador de la ONG.

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A pesar de que cuentan con medios aceptables, la mayoría aportados por instituciones públicas andaluzas, existen muchas limitaciones a la hora de realizar cualquier intervención, 'porque siempre faltan algunos instrumentos cruciales', apuntaba ayer Utrera, cirujano onubense especializado en la intervención de hernias. Este año, el Parlamento andaluz ha proporcionado a Ibermed 42.070 euros para desarrollar la campaña.

Las intervenciones se hacen en el hospital Pedro de Betancort, al que acuden, en distintas épocas del año, médicos de diversas partes del mundo. 'Nos vamos rotando, y planteamos al grupo que reemplaza un diagnóstico de las enfermedades más acuciantes', señalaba Portillo.

Este año, Ibermed va a poner en marcha por primera vez un programa de otorrinolaringología, dirigido fundamentalmente a la población infantil, porque se ha detectado que existen muchos niños con problemas de audición. La causa de esa dolencia reside en la sucesión de infecciones mal curadas en los oídos que padecen esos niños, según Portillo.

Las razones por las que año tras año estos profesionales de la sanidad en época vacacional realizan este gesto humanitario podrían llenar las páginas de un libro. Javier Ocón aseguraba tenerlo claro: 'Creo en la justicia'. 'A nadie se le olvida la imagen de un hombre hambriento'. Portillo aún guarda los recuerdos de aquel primer viaje a Guatemala, que realizó junto a su mujer. 'Me enamoré de este lugar. Es increíble lo educada y agradecida que es la gente de allí. Pero duele su probeza'.

Pero estos voluntarios se enfrentaron a ayer a un imprevisto: el avión, de la compañía Iberia, que debía dejarlos en Madrid, donde tomarían un vuelo hasta Miami, se retrasó. 'Es indignante. El avión de Madrid nos ha cerrado las puertas y ha sido imposible entrar', se quejaba Ocón. El vuelo de Madrid-Miami salió media hora más tarde de lo previsto. Sin embargo, explicó Ocón: 'No nos han dejado pasar. Hemos permanecido durante más de un cuarto de hora sin saber qué hacer'. Ocón lamentó que han perdido un día de trabajo. Pero están dispuestos a recuperarlo. Y a regresar dentro de un año.

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