Dos ladrones huyen a pie de la policía por los túneles del metro de Madrid

Una persecución de película se vivió ayer en los túneles de la línea 3 del metro de Madrid (Moncloa-Legazpi). Dos ladrones, de origen suramericano, atracaron a un pescadero que acababa de salir de un banco y huyeron a la carrera. Un empleado les siguió hasta la estación de metro de Lavapiés, donde los asaltantes bajaron a las vías y emprendieron una huida por los túneles, hasta dar esquinazo a la policía.

El asalto se produjo sobre las 12.20 frente al número 62 de la calle de Atocha, cuando el comerciante acababa de salir del banco con 9.000 euros, según informaron fuentes policiales. L...

Una persecución de película se vivió ayer en los túneles de la línea 3 del metro de Madrid (Moncloa-Legazpi). Dos ladrones, de origen suramericano, atracaron a un pescadero que acababa de salir de un banco y huyeron a la carrera. Un empleado les siguió hasta la estación de metro de Lavapiés, donde los asaltantes bajaron a las vías y emprendieron una huida por los túneles, hasta dar esquinazo a la policía.

El asalto se produjo sobre las 12.20 frente al número 62 de la calle de Atocha, cuando el comerciante acababa de salir del banco con 9.000 euros, según informaron fuentes policiales. Los ladrones huyeron a la carrera tras apoderarse del botín. El comerciante cayó al suelo empujado por los ladrones, que le arrebataron el dinero. Antes le habían tapado la cabeza con la chaqueta azul que llevaba puesta el pescadero, Gregorio F. M., Goyo. Un empleado suyo, que vio todo lo ocurrido, les siguió a la carrera por las calles aledañas hasta la estación de metro de Lavapiés. Entonces se metieron en un andén de la línea 3, justo en el momento en que un convoy salía de la estación. Los asaltantes se metieron en el túnel que lleva hasta la siguiente estación, de Sol.

La primera llamada de aviso que llegó a la sala del 091 alertaba de que un grupo de ladrones había secuestrado un vagón con varios pasajeros dentro, por lo que el cerco policial en torno a las estaciones fue inmenso.

La policía montó un amplio cerco policial, formado por agentes antidisturbios, efectivos de la comisaría del metro e inspectores de la Brigada de Policía Judicial especializados en atracos y en secuestros. Comenzaron a rastrear en sentido de Sol a Lavapiés palmo a palmo y en sentido contrario, hasta que el inspector que se hizo cargo de las investigaciones ordenó que los agentes que habían salido desde Lavapiés dieran media vuelta, ya que corrían el riesgo de toparse con sus compañeros en medio del túnel sin que éstos lo supieran y enfrentarse a ciegas.

Tras mantener el servicio cortado cerca de dos horas, los investigadores decidieron levantar el dispositivo. Los ladrones habían logrado huir por algunos de los túneles de servicio y alcantarillas que parten de ese tramo de la línea 3. El cierre del servicio creó un gran trastorno a los usuarios del metro, ya que ocurrió a mediodía y en pleno centro de Madrid.

El comerciante y su empleado fueron trasladados a la comisaría de Centro, donde prestaron declaración sobre todo lo sucedido.