Los mendigos rumanos rechazan reinsertarse, según Alicante Acoge

La etnia romi se mantiene fiel a la vida nómada y la mendicidad

Ninguno de los cerca de 200 rumanos de la etnia romi (cíngaros o gitanos) asistidos hasta la fecha por Alicante Acoge ha variado su pauta social por excelencia: la mendicidad. La organización humanitaria ha activado un protocolo de actuación pionero en la Comunidad para integrar a este colectivo marginal de inmigrantes derivado de su vida nómada y arcaicas tradiciones. Alicante Acoge advierte de la necesidad de intervenir para paliar las consecuencias del estado de automarginación del grupo.

Al igual que en muchas otras ciudades españolas, la mendicidad en Alicante tiene una destacada i...

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Ninguno de los cerca de 200 rumanos de la etnia romi (cíngaros o gitanos) asistidos hasta la fecha por Alicante Acoge ha variado su pauta social por excelencia: la mendicidad. La organización humanitaria ha activado un protocolo de actuación pionero en la Comunidad para integrar a este colectivo marginal de inmigrantes derivado de su vida nómada y arcaicas tradiciones. Alicante Acoge advierte de la necesidad de intervenir para paliar las consecuencias del estado de automarginación del grupo.

Al igual que en muchas otras ciudades españolas, la mendicidad en Alicante tiene una destacada impronta rumana. La llegada constante en los últimos cuatro años de rumanos de etnia romi ha propiciado la aparición de centenares de pedigüeños que en compañía de menores ejercen la mendicidad en cada esquina de la ciudad. El carácter nómada y el arraigo a sus costumbres ancestrales acentúan los problemas de convivencia de esta etnia incapaz de adaptarse a un nuevo entorno social.

Si hace unos años, este colectivo despertaba la inquietud de los ciudadanos, desde hace un tiempo atrás sólo genera rechazo, afirma Carlos Gómez, director técnico de Alicante Acoge. 'Niño, lo que tienes que hacer es ir a la escuela', advertía una señora a un menor rumano que le reclamaba monedas al salir de un comercio. Semáforos, grandes comercios, iglesias; cualquier escenario urbano es apto para mendigar.

Muchos de estos rumanos llegan a Alicante después de haber sido rechazados en Francia y Alemania, entre otros países centroeuropeos. 'No son todo los rumanos. Ahí tenemos la colonia rumana de Castellón, que son muy queridos por los ciudadanos', insiste en precisar Gómez. En Alicante, 234 inmigrantes rumanos están censados, pero este colectivo no es precisamente el conflictivo. Los rumanos conflictivos pertenecen a la etnia más inadaptada, que prefiere mendigar a trabajar, añade. 'Lo más lamentable de todo es que arrastran a sus pequeños a la marginalidad', continúa el director de Alicante Acoge. Los niños son para ellos un 'valor económico' que les aseguran las limosnas. Los más pequeños mendigan junto a sus madres, pero a medida que van creciendo son aleccionados para continuar con este estilo de vida. En Alicante, la mendicidad infantil comenzó a agravarse el pasado verano, lo que despertó la inquietud del Ayuntamiento de Alicante. Las concejalías de Acción Social, Educación, Seguridad Ciudadana junto con Alicante Acoge activaron, en marzo del pasado año, un operativo con el fin de atajar el problema. Los menores recaudan entre 18 y 24 euros diarios, de modo que la actividad resulta muy lucrativa para sus progenitores.

Gómez relata que la entidad humanitaria ha atendido durante los últimos cuatro años alrededor de 200 personas de la etnia romi pero ninguna consintió integrarse. 'Se les facilitó desde una asistencia sanitaria hata un trabajo, pero el fracaso fue estrepitoso', lamenta. La experiencia acumulada desde que hace cuatro años comenzaran a llegar tímidamente a la capital estos inmigrantes ha motivado a Alicante Acoge a concebir este protocolo de actuación que, al menos, ayude a mitigar este asunto que comienza a tener un matiz 'delicado', concluye.

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