Entrevista:ITZIAR ALONSO | Profesora de Psicología de la sexualidad

'La adicción al sexo es un problema de ansiedad general'

'La adicción al sexo es un problema de ansiedad generalizada, no de sexualidad, que se refleja en una conducta compulsiva'. Así lo expuso ayer la profesora de Psicología de la sexualidad de la Universidad del País Vasco (UPV) Itziar Alonso (Bilbao, 1972), quien dirige esta semana en San Sebastián el curso de verano La sexología del siglo XXI y que ayer disertó sobre Adicción al sexo: aclaración terminológica de una compulsión.

Tras indicar que sería más correcto hablar de trastorno obsesivo compulsivo que de adicción al sexo, Alonso explicó que la persona afectada 'tiene u...

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'La adicción al sexo es un problema de ansiedad generalizada, no de sexualidad, que se refleja en una conducta compulsiva'. Así lo expuso ayer la profesora de Psicología de la sexualidad de la Universidad del País Vasco (UPV) Itziar Alonso (Bilbao, 1972), quien dirige esta semana en San Sebastián el curso de verano La sexología del siglo XXI y que ayer disertó sobre Adicción al sexo: aclaración terminológica de una compulsión.

Tras indicar que sería más correcto hablar de trastorno obsesivo compulsivo que de adicción al sexo, Alonso explicó que la persona afectada 'tiene una vivencia inundada por la ansiedad desde que se levanta hasta que se acuesta, y una manera de librarse de esa ansiedad puede ser abocarse a la actividad sexual, igual que otro individuo puede deshacerse de ella mediante el juego o el afán por comprar'.

La directora del curso criticó el 'tono alarmista' de algunos profesionales que 'han querido magnificar el problema' y han presentado un cuadro clínico 'alarmante' que pasa por tener muchas parejas, practicar relaciones extramaritales, masturbarse o utilizar pornografía. 'Todo esto no es adicción al sexo', afirmó Alonso, quien opina que detrás de la difusión de estas ideas se encuentran 'los clínicos moralmente más constreñidos'.

Así, la profesora bilbaína apuntó que los casos reales de adicción al sexo son 'muy pocos', de manera que en los manuales de psiquiatría y psicología no se contempla como problema específico, porque no se ve que haya una tasa relevante que lleve a clasificarlo como tal. Según indicó, los trastornos obsesivos compulsivos afectan a un 2,5% de la población y, dentro de las personas que los padecen, 'una ínfima parte' los canaliza a través del sexo. 'Es algo subsidiario, que se clasifica dentro de esos trastornos obsesivos compulsivos', insistió.

Por el contrario, el deseo sexual inhibido se presenta en la actualidad como el principal problema tanto de los hombres como de las mujeres. Los últimos datos apuntan a que la falta de deseo sexual o el tener un deseo más bajo de lo habitual afecta a un 40% de la población, según manifestó Alonso, quien, en cualquier caso, advirtió de que estas cifras hay que contextualizarlas, pues pueden tener tras de sí matizaciones, como el hecho de que la relación de pareja no vaya bien. 'Es peligroso hablar de un fenómeno concreto y de un porcentaje', subrayó.

Pero, ¿qué provoca la inhibición del deseo sexual? 'Está motivada por diversos factores, pero el principal es el estrés. El estrés es demoledor para el deseo sexual, enseguida te quedas sin él', respondió la directora del curso La sexología del siglo XXI. Alonso insistió en que la falta de deseo sexual afecta por igual a las mujeres y a los hombres, si bien, en este último caso, puede darse el problema añadido de la disfunción eréctil, que puede deberse a causas fisiológicas, pero también psicológicas. En opinión de la profesora, a esta disfunción se le ha dado 'bastante importancia, entre otras cosas, porque los laboratorios estaban interesados'.

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Médico de familia

Alonso reconoció que, al igual que ocurre con las enfermedades mentales, las personas que padecen problemas sexuales todavía tienen ciertos reparos a la hora de acudir a su médico de familia o a un especialista. 'Cuando alguien tiene problemas de próstata o de diabetes, va al médico, pero cuando tiene problemas sexuales, le cuesta', admitió.

En este sentido, reivindicó una mayor implicación de los médicos de familia, que son quienes tienen 'más contacto y confianza' con los pacientes. 'Hay que formar a los médicos de familia, no para que lleven a cabo una terapia como es debido, pero sí para que sepan derivar al paciente al profesional adecuado', argumentó.

'El médico de familia está para ayudar al paciente, no para criticarle ni darle un discurso moral. Simplemente para oírle y ver en qué punto le puede ayudar. Ha de saber atender la demanda que le llega de su paciente habitual, sin sonrojarse cuando le cuente un problema sexual, pues es también un problema de salud que le incumbe', agregó.

A la vez que hacía este guiño a los médicos de familia, Alonso demandó el reconocimiento oficial de la profesión del sexólogo en España, tal y como ya ocurre en países como Canadá. 'Los sexólogos propiamente no exitimos. Cada uno ha hecho su carrera y luego se ha especializado en temas de sexualidad', explicó, para reiterar que es necesario poner en marcha una titulación reglada.

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