Wall Street logró 60 años sin crisis largas

Nueva York, la principal Bolsa del mundo, se ha empeñado en hacer historia en los últimos años. Jamás vivió un ciclo alcista tan pronunciado como el que va de 1991 a 1999. La evolución numérica mantiene una proporción más propia de los juegos de azar. El índice Dow Jones partió de los 2.633,66 puntos y terminó la década en los 11.497,12 puntos. Una subida desconocida y muy pronunciada del mercado que ha dado lugar a la situación actual que también precisa de referencias en el tiempo.

Al igual que le ocurre al índice de la Bolsa de Madrid o al Ibex 35, el Dow Jones pasa en éste por su te...

Nueva York, la principal Bolsa del mundo, se ha empeñado en hacer historia en los últimos años. Jamás vivió un ciclo alcista tan pronunciado como el que va de 1991 a 1999. La evolución numérica mantiene una proporción más propia de los juegos de azar. El índice Dow Jones partió de los 2.633,66 puntos y terminó la década en los 11.497,12 puntos. Una subida desconocida y muy pronunciada del mercado que ha dado lugar a la situación actual que también precisa de referencias en el tiempo.

Al igual que le ocurre al índice de la Bolsa de Madrid o al Ibex 35, el Dow Jones pasa en éste por su tercer ejercicio consecutivo de pérdidas. Unas caídas moderadas durante 2000 y 2001 que en lo que va de ejercicio se han ampliado hasta el 15% de recorte actual.

Con 106 años de historia de este indicador que recoge los principales valores industriales, con el actual serán sólo cuatro periodos en los que el mercado haya bajado durante tres años. El primer periodo se produjo entre 1901 y 1903, cuya lejanía en el tiempo ha dejado como única referencia 'el pánico de los hombres ricos', según se recoge en el análisis histórico del propio Dow Jones. Los otros episodios son más cercanos y han estado recreados con profusión por la literatura financiera y el cine negro.

El famoso crash de 1929 donde la Bolsa cayó en un sólo día (concretamente el 28 de octubre) el 12,82%, dió paso al periodo bajista más pronunciado con cuatro años de descensos consecutivos. El índice Dow pasó de los 300 puntos a los 59,93, nivel que ya había alcanzado este indicador en 1898. El inversor estadounidense debió esperar nada menos que hasta 1954 para recuperar ese nivel de los 300 puntos. Una crisis, pues, que se prolongó durante 26 años, a efectos del nivel del indicador.

Guerra ganada

Todavía la resaca de la prolongada crisis de 1929, el inicio de la Segunda Guerra Mundial marcó también un periodo de tres años consecutivos de descensos en el índice Dow Jones. El final de la contienda fue bien recibido por la Bolsa pero la posguerra abrió otro periodo de debilidad en los mercados.

Desde el cierre de 1941, el mercado no conocía otro periodo de tres años de pérdidas, como las acumuladas desde 2000. Han sido, pues, 60 años sin crisis largas en el principal mercado financiero del mundo. Incluso la crisis del petróleo sólo duró dos años en Wall Street (1973 y 1974) donde el índice pasó de los 1.020 puntos hasta los 616 puntos.

Sin embargo, el mayor descenso del mercado neoyorkino en su historia corresponde con el crash de 1987 cuyo fatídico 19 de octubre terminó con un descenso del 22,61%. Un importante susto para el mercado pero que no fue suficiente para borrar el signo positivo del indicador durante ese año en el que el mercado ganó el 2,26%.

El resto de principales caídas se produjeron en las jornadas de 1929 con recortes que oscilaron entre el 12% y el 9%.

Por su parte, las alzas más grandes de la historia del mercado neoyorkino coinciden temporalmente con los momentos de crisis. Son reacciones de confianza y de búsqueda de oportunidades en medio del desconcierto. Algo, muy parecido aunque a menor escala está ocurriendo en la Bolsa actual.

Lo que sí advierten los expertos es que los movimientos en los últimos años del mercado neoyorkino son mucho más moderados. La razón se encuentra en que es un mercado muy profesionalizado y con intereses y opiniones tan diversas que permiten amortiguar los movimientos. También se refieren al apoyo público que en muchas ocasiones recibe este mercado cuyas oscilaciones están tan estrechamente ligadas con la eonomía.