Reportaje:

Gràcia vista por un crítico de arte

El paseo del comisario del Año Gaudí por las fiestas del barrio barcelonés

Gràcia, punto de encuentro de muchos barceloneses durante todo el año y sobre todo en los días de fiesta mayor, no se acaba de conocer hasta que se patean sus calles con alguien que las ha vivido. Daniel Giralt-Miracle (1944), comisario del Año Gaudí y crítico de arte, nació en la Travessia de Sant Antoni y allí vivió hasta 1955. Desde hace muchos años tiene su estudio y el archivo de su padre, el diseñador e ilustrador Ricard Giralt Miracle, en Príncep d'Astúries, en unos bajos que llegan hasta Aulèstia i Pijoan. Ayer por la tarde realizó un recorrido por las calles engalanadas en el que se a...

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Gràcia, punto de encuentro de muchos barceloneses durante todo el año y sobre todo en los días de fiesta mayor, no se acaba de conocer hasta que se patean sus calles con alguien que las ha vivido. Daniel Giralt-Miracle (1944), comisario del Año Gaudí y crítico de arte, nació en la Travessia de Sant Antoni y allí vivió hasta 1955. Desde hace muchos años tiene su estudio y el archivo de su padre, el diseñador e ilustrador Ricard Giralt Miracle, en Príncep d'Astúries, en unos bajos que llegan hasta Aulèstia i Pijoan. Ayer por la tarde realizó un recorrido por las calles engalanadas en el que se acumularon recuerdos, encuentros y anécdotas.

La lluvia, quizá el visitante más ilustre y más temido en fiestas, se conjuró para aparecer, como se dice, en el momento más inoportuno. Es decir, el primer día en que las calles engalanadas se muestran, terminadas, al público. 'Primer día y lluvia. Esto sí que es la fiesta mayor', exclamaba una señora mientras se protegía en un portal del agua que cayó pasadas las seis de la tarde. 'Es matemático', concedió Giralt-Miracle. Los autores de los decorados cruzaban los dedos para que la tormenta no pasara a mayores. Y, en esas, llegó el granizo. El resultado fue que parte del decorado de Verdi del Mig y de Joan Blanques Dalt cedió. Paradojas de la vida, el trozo de engalanado de Verdi del Mig que resultó más dañado fue el que representa un incendio. Un fuego pasado por agua que los vecinos se dispusieron a restablecer una vez dejó de llover, pidiendo a los transeúntes que evacuaran el lugar.

'Antes todo se hacía para los vecinos y el que no pagaba cuota era un insolidario'
'No tiene mérito cuando se nota que en una calle un artista lo ha hecho todo'

Antes del episodio, Giralt-Miracle tuvo tiempo para pasar por la que fue su calle. En tiempos la decoraban y él, recordó, participó en el proceso en un año en que se vistió de Torre Eiffel. 'Antes no se realizaban decoraciones integrales. Los engalanados consistían en dos grandes portaladas que cerraban las calles y por dentro se colgaban serpentinas. Por las noches tocaban orquestas que interpretaban canciones al estilo de Cugat y Guardiola. Todo se hacía por y para los vecinos, y el que no pagaba su cuota anual era considerado un insolidario'.

También visitó a su amigo el historiador Jordi Pablo, responsable del Arxiu Festiu Festa Major de Gràcia e incansable rastreador de todo tipo de materiales -testimonios orales, carteles, fotografías- relacionados con la celebración popular. 'Él fue quien me dio noticia de que mi padre ganó, en 1935, el premio del cartel de las fiestas', explicó el comisario del Año Gaudí. Y Pablo, que vive en -y mantiene intactos- los bajos donde su padre tenía su cuartel general de pintor de brocha gorda se prestó inmediatamente a buscar en el archivo informático el cartel en cuestión. No han encontrado ningún ejemplar original, pero sí un par de fotografías donde se puede ver colgando de una pared. Es una ilustración del campanario de la plaza de Rius i Taulet, que Giralt-Miracle define como el 'kilómetro 0' de su vida: 'Por sus connotaciones republicanas'.

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Como crítico, Giralt-Miracle resultó ecuánime y objetivo. Siempre a la búsqueda del detalle, de los materiales y del efecto de conjunto, destacó 'el trabajo colectivo' que da sentido a los engalanados, también el reciclaje de objetos como botellas de agua. 'No tiene mérito cuando se nota que en una calle hay un artista que lo ha hecho todo. Se trata de crear el máximo de efecto de ambiente con los mínimos detalles y pocos recursos'.

Bajo una lluvia intermitente y atravesando las calles de Verdi y Joan Blanques, Providència, Bruniquer, Puigmartí, Tordera, Torrent d'en Vidalet, Torres y la plaça del Raspall, donde sonaba una cobla de sardanas, Giralt-Miracle observó que 'hacerlo bien también implica que los decorados resistan todas las circunstancias'. Flanqueando esta última plaza, una sencilla intervención con prismas hechos con láminas de plástico blanquecino y una efectiva iluminación interior le recordó a una instalación de Eugènia Balcells.

Y, finalmente, también pasó por las calles que se han acordado de este Año Gaudí, Vallfogona y Camprodon. Aquí, un poco más y se produce un incidente diplomático con los vecinos, que, vigilantes tras el aguacero, impedían que nadie tocara siquiera la fachada de la Casa Batlló que preside uno de sus extremos. 'Gaudí siempre está en la frontera entre el kitsch y el genio y es muy difícil de imitar. Pero en este año se agradece que haya decoraciones gaudinianas'.

Daniel Giralt-Miracle, ayer, en el tramo inferior de la calle de Joan Blanques.MARCEL.LÍ SÀENZ

Para todos los paladares

A pesar de la lluvia, las fiestas de Gràcia transcurrieron ayer según el programa y vivieron una jornada dedicada a la cultura popular. A las tradicionales matinades -que despiertan a los vecinos con disparos de trabuco a las ocho de la mañana- se les añadieron el pasacalle de mediodía y el cuarto Cercavila de Cultura Popular, que, eso sí, se tuvo que acortar un poco. El de la cultura popular es uno de los aspectos más cuidados de la fiesta mayor, y este año se le ha dedicado la exposición Cultura popular a Gràcia: Una història recent i antiga. La exhibición se puede visitar en la sede del distrito hasta el día 31. La sede del ACIDH (calle de Siracusa) muestra también una selección de fotografías antiguas de la celebración. La entidad, dedicada a las personas con inteligencia límite, es el centro de actividades solidarias. En colaboración con la ONG Matres Mundi, recoge ropa de niño y pañales que se destinarán al barrio del Raval de Barcelona. A las 17.00 de hoy los Lluïsos de Gràcia acogerán el espectáculo infantil El jardí del gegant de la compañía Maremàgnum. La biblioteca Vila de Gràcia iniciará a las 18.00 un ciclo de veladas literarias englobadas bajo el título Contes de la Mediterrània. En el Oratorio de Sant Felip Neri cantará Miquel Pujadó (22.00); en el ACIDH (20.00) actuará la Orquestra Lisboa Zentral, y en la plaza del Diamant, Ràbia Positiva y Mallacau. En las calles y plazas, conciertos y bailes para todo tipo de paladares.

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