Crítica:

Perdedores natos en gallego y castellano

Suso de Toro (Santiago de Compostela, 1956) es un narrador que lleva una doble vida: de escritor en gallego y en castellano. Al lector que le sigue, en castellano, de León para abajo, a veces la editorial, o el propio autor, le desorientan. Considera este lector que -en castellano, al menos- No vuelvas (2000, Ediciones B) es su última, y excelente, novela: un estremecedor relato de voces y ecos, de secretos y venganzas, una historia de regreso a la aldea, que es en él una constante narrativa que va y viene asomando, guadianescamente, en su ya considerable y muy estimable obra literaria....

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Suso de Toro (Santiago de Compostela, 1956) es un narrador que lleva una doble vida: de escritor en gallego y en castellano. Al lector que le sigue, en castellano, de León para abajo, a veces la editorial, o el propio autor, le desorientan. Considera este lector que -en castellano, al menos- No vuelvas (2000, Ediciones B) es su última, y excelente, novela: un estremecedor relato de voces y ecos, de secretos y venganzas, una historia de regreso a la aldea, que es en él una constante narrativa que va y viene asomando, guadianescamente, en su ya considerable y muy estimable obra literaria.

Y ahora, casi dos años después, se publica, sin excesiva información adicional, Ambulancia, que bien podría considerarse su última novela, si no fuera porque (aunque la mayoría de las contracubiertas de sus traducciones al castellano lo enmascaran) es una historia policiaca que Suso de Toro escribió en gallego y que Edicións Xerais sacó en 1990. ¿Tiene interés toda esta pesquisa? Según, y acaso. Según, y acaso porque esta historia de perdedores, este buen relato policiaco es -sin ninguna duda- una obra menor si la comparamos con No vuelvas, que es una de sus mejores novelas. Y como el lector la tiene, ésta, demasiado cerca, pues inevitablemente compara. Pero el lector olvida que Suso de Toro es un escritor de doble vida y, ahora, se nos da, en un acertado castellano muy coloquial y oído -obra del propio escritor gallego- esta novela de cuando entonces (aunque le ha metido unas cuantas morcillas innecesarias, a mi modo de ver: una alusión a Gescartera, otra a Bin Laden, y también a los euros...).

AMBULANCIA

Suso de Toro Ediciones B. Barcelona, 2002 175 páginas. 13,99 euros

Pero olvídese el lector de estas pejigueras y póngase con lo que importa: Ambulancia es un muy estimable relato policiaco, en el que todos tienen cara de perdedores -todos lo son-, y que sigue muy acertadamente las convenciones del género, y en el que prima, además, un gusto por el lenguaje cinematográfico, pues, antes que nada, Ambulancia es pura imagen. Es, el de esos perdedores, un descenso colectivo hacia los infiernos de la vida, en el que salen malparados todos. Suso de Toro se centra quizá excesivamente en el personaje principal, en el más perdedor de todo, ese atracador cojo que anda errante sin saber adónde ir acompañado por un perro que no le puede hacer ni de lazarillo dado que las cartas -en su caso- ya están echadas, y sin demasiada buena fortuna, la verdad sea dicha. Es, también, el personaje que más perfil narrativo tiene, y es que a los demás los saca el autor como de comparsas: son perdedores sin matices, sin relieve: el policía fracasado, la puta sin suerte, el mafioso casposo, etcétera. Suso de Toro consigue hacer creíble el relato, aunque despliegue para ello las fuerzas justas. No tiene la ambición ni la profundidad de No vuelvas, es cierto; es un relato que publicó Suso de Toro hace una docena de años en gallego, quizá inaugurando un género autóctono (también está, en esas tierras y en ese idioma, Carlos Reigosa, que hace estupendos policiacos gallegos). Puede ser. Ahora se publica en castellano e indudablemente no es de las mejores novelas de su autor: acaso una vez dicho esto, importe esto poco. Acaso.

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