Biarritz muestra obras sobre el juego de grandes artistas del siglo XX

Los artistas siempre han encontrado en el juego una fuente de inspiración. Sobre todo, en el siglo XX, cuando la modernidad dio vía libre a los creadores para interesarse por cualquier tema. Bacon, Basquiat, Botero, Chagall, Dalí, Miró, Picabia y Warhol, entre otros, lo hicieron. Sus obras figuran ahora reunidas en Los juegos en el arte del siglo XX, una muestra que permanecerá en el Bellevue de Biarritz hasta el 3 de octubre.

La exposición, inaugurada el pasado 22 de junio, reúne en un único espacio un centenar de obras -entre pinturas, esculturas, dibujos o piezas de joy...

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Los artistas siempre han encontrado en el juego una fuente de inspiración. Sobre todo, en el siglo XX, cuando la modernidad dio vía libre a los creadores para interesarse por cualquier tema. Bacon, Basquiat, Botero, Chagall, Dalí, Miró, Picabia y Warhol, entre otros, lo hicieron. Sus obras figuran ahora reunidas en Los juegos en el arte del siglo XX, una muestra que permanecerá en el Bellevue de Biarritz hasta el 3 de octubre.

La exposición, inaugurada el pasado 22 de junio, reúne en un único espacio un centenar de obras -entre pinturas, esculturas, dibujos o piezas de joyería- de 80 artistas de primera magnitud que siguieron los pasos de Degas, Cézanne y Van Gogh al retratar bailarinas, partidas de naipes y juegos de billar. Aunque esta temática no estuvo nunca ausente del todo en la pintura clásica, lo cierto es que fueron precisamente estos artistas quienes dieron al juego el pasaporte definitivo para entrar sin complejos en el mundo del arte. 'A partir de ahí', señala Michel Waldberg en el catálogo de la exposición, 'ya no habrá ningún género innoble, ningún tema trivial'.

Tras ellos, Abakanowicz, Arp, Bacon, Basquiat, Barceló, Botero, Chagall, Dalí, Miro, Picabia, Picasso, Segal y Warhol, entre otros artistas, han explorado las posibilidades artísticas de este tema de múltiples variantes, hasta convertirlo casi en motivo recurrente del arte moderno. Así lo atestigüan las pinturas y esculturas -procedentes de colecciones privadas- que se exhiben en el Bellevue.

Un coche de carreras pintado por Andy Warhol y una escultura de Botero dan la bienvenida al espacio museístico e introducen al espectador en un mundo de vértigo, competición, simulacro y suerte. La exposición, que recalará en octubre en Zaragoza, se detiene en el circo a través de lienzos, tapices y litografías de creadores como Chagall o Roault; descubre, en una sala dedicada al teatro, la proyección de un decorado realizado por Dalí para el ballet El sombrero de tres picos y muestra, entre otras muchas obras, dibujos eróticos de Picasso.

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